David de Miguel. Diputado Autonómico de Ciudadanos.
Desgraciadamente, año tras año en estas fechas los incendios forestales vuelven a ocupar las portadas de la prensa. Y este año no iba a ser menos, tal y como hemos podido comprobar esta semana con el gravísimo incendio declarado en Artana.
Sin embargo, también suele ser habitual que pasada la época estival, en la que se concentran la mayor parte de los incendios y una vez hecho el balance de los medios de extinción o de la superficie quemada, el tema parece que cae en el olvido, lo cual es un grave error dada la vital importancia que debería tener la prevención de incendios hoy en día.
Si bien es cierto que el despliegue de medios procedentes de las tres Administraciones que hemos podido observar en Artana ha sido más que satisfactorio, y es justo reconocer a la Diputación y la Generalitat la gran labor de coordinación que han llevado a cabo junto con el Ejército, no resulta menos cierto que todavía queda mucho por hacer en materia de prevención.
Y es que de nada sirve sacar pecho diciendo que se ha incrementado el presupuesto destinado a la extinción de incendios, si ese incremento no se aplica también a las políticas de prevención, porque lo que se demuestra así es una absoluta falta de visión, no sólo del Presidente Puig, sino también de los anteriores Gobiernos. Pero es que, además, no es una cuestión sólo de presupuesto, es una cuestión de tener ideas, de ser consciente de que la mejor arma con la que acabar con el fuego es la prevención. En definitiva, es una cuestión de voluntad. Ni más, ni menos.
Muchos son los logros que el Consell asegura haber obtenido en esta materia, sin embargo la realidad es que se sigue sin invertir lo suficiente Y además con un problema añadido y es que la Conselleria de Medio Ambiente está ocupada por la cuota de Els Verds, por lo que el radicalismo ecologista de mucho de sus miembros hace que no se adopten las medidas necesarias. Una vez más la ideología queda por encima del interés general.
Llevamos mucho tiempo diciendo que en los momentos actuales hace falta imaginación e ideas. Hay que apostar por el medio rural, por la recuperación de la actividad agrícola y forestal ya que con la limpieza de nuestros montes y el fomento de las explotaciones forestales, no sólo se previenen los incendios, sino que se crea empleo en las zonas rurales, al tiempo que se contribuye a la sostenibilidad medioambiental al poder aprovechar los residuos como biomasa. Sin embargo, nada de nada. El resultado es el de siempre, la eterna excusa de la infrafinanciación y la herencia recibida.
Es evidente, por otra parte, que mientras la ciudadanía no sea consciente de la importancia de mantener vivos nuestros bosques, seguirán manteniéndose comportamientos imprudentes e irresponsables que causan incendios. Pero aún así, debemos insistir, por mucha campaña de concienciación, por muchos millones de euros que se destinen a la extinción, mientras no se haga una apuesta firme por la prevención, estaremos perdiendo el tiempo y lo que es peor, estaremos poniendo en peligro nuestro territorio. Así pues, debemos ser conscientes de que los bosques no son tan sólo un elemento paisajístico, nuestros bosques son nuestra historia, pero, sobretodo, nuestro futuro. Es mucho lo que nos jugamos.
