Todos los moroneros que participaron en la celebración recibieron, de mano de los ‘kintos’, el típico bocadillo de pan, conocido popularmente como ‘fogaseta’.
Castellón Información
Los vecinos de Sant Joan de Moró cumplieron, un año más, con la ya consolidada tradición de honrar a Sant Vicent subiendo a la ermita que lleva su nombre y, de esta manera, compartir juntos una mañana festiva en un contagioso ambiente de hermandad en la que los ‘kintos’ del municipio tienen un destacado protagonismo.
Todos los moroneros que participaron en la celebración recibieron, de mano de los ‘kintos’, el típico bocadillo de pan, conocido popularmente como ‘fogaseta’ y que han sido elaborados por los hornos de la localidad, para acompañar al multitudinario almuerzo que se celebró en la explanada que hay frente a la ermita. En total, a lo largo de toda la mañana se repartieron cerca de 1.000 panecillos.
Después de reponer fuerzas se celebró una misa cantada y fue sacada en procesión la imagen del santo que, como manda la tradición, fue portada por un grupo de vecinos llamados, todos ellos, Vicente.
Este año se ha celebrado la octava edición de la fiesta, puesto que la ermita dedicada a Sant Vicent fue inaugurada en el año 2007. “Se trata de una celebración que, cada año, registra una mayor participación y ya está plenamente consolidada dentro del calendario festivo del municipio”, señala el alcalde de Sant Joan de Moró, Vicente Pallarés, quien matiza que esta fiesta “ayuda a estrechar los lazos de amistad entre los moroneros”.
