Los ciudadanos de la capital de La Plana tienen la visita guiada al campanario como una de las actividades fijas a realizar en el marco de la celebración de las fiestas de la Magdalena
Durante la tarde de hoy el Fadrí ha estado más solicitado que nunca, con motivo de la visita guiada al campanario que organiza la colla festera 'El Pixaví'. Tras tres años marcados por la pandemia y las lluvias en los que la visita no se pudo llevar a cabo, hoy sí que se han podido abrir las puertas al público de uno de los monumentos arquitectónicos más emblemáticos del patrimonio histórico de la ciudad de Castelló, situado junto a la Plaza Mayor y a la Concatedral de Santa María.
Los ciudadanos de la capital de La Plana tienen la visita al Fadrí como una de las actividades fijas a realizar durante la celebración de la Magdalena, ya que son muchos los que repiten año tras año cada lunes de fiestas la visita a la torre campanario. El programa de festejos cuenta con más de 200 actos, siendo este uno de los que más repercusión popular tiene, ya que permite acercar el patrimonio cultural de Castelló a toda la ciudad.
Anna Marzà, jefa de la comisión de la subida al campanario de la colla ‘El Pixaví’, explica que uno de los objetivos que tiene la colla es recuperar las costumbres, tradiciones y cultura de la ciudad de Castelló. “Hace 34 años se decidió abrir el campanario a la ciudad y estudiar su historia, para así poder explicarle a la población castellonense qué es lo que hay dentro del Fadrí, ya que para mucha gente aún sigue siendo un misterio”, ha añadido.
Durante la tarde de hoy, decenas de personas se han congregado a las puertas de la torre, formando una larga cola incluso antes de las 16:00 de la tarde, hora en la que se iniciaba la actividad. Marzà ha declarado que “la gente siempre tiene ganas de esta visita, normalmente vienen unas 600 o 700 personas cada año, puesto que además de realizarse durante las fiestas de la Magdalena, se hace una explicación muy completa y detallada de cada uno de los espacios del campanario”.
Las visitas han tenido una duración aproximada de una hora y se han realizado en grupos de 20 personas. “Que las visitas se hagan en grupos de 20 es por motivos de comodidad y de espacio, las escaleras son estrechas y además en algunas salas como la cámara del reloj tampoco cabe más gente”, apuntaba Marzà.
En cada una de las plantas del campanario había un miembro de la colla festera para explicar a los visitantes las peculiaridades e historia de la estancia en cuestión. A lo largo del recorrido, la colla ‘El Pixaví’ ha mostrado a los asistentes la cámara del reloj, la prisión de eclesiásticos, la vivienda del campanero, el campanario -provisto de ocho campanas- y la terraza, desde donde hay unas vistas privilegiadas y una panorámica espectacular de toda la ciudad de Castelló.
Desde el año 2000 y tras la restauración que se hizo al monumento, la torre se puede visitar cualquier día que el público lo solicite, pues forma parte del itinerario del Museu de la Ciutat de Castelló (MUCC).
