Más de 5 millones de valencianos respiraron aire contaminado y ello tiene un coste económico que en Castelló es de 650 euros por persona al año
Ramón Pardo/Castellón Información
La reducción de la movilidad por la crisis de la covid-19, al igual que ocurrió en 2020, ha permitido que en 2021 haya vuelto a bajar un 43 por ciento la calidad del aire que se respira n la Comunitat Valenciana. Pese a ello, según Ecologistes en Acció (EA), 5,1 millones de residentes en las tres provincias han seguido respirando aire contaminado por ozono este verano. Y lo hace a partir de los datos extraídos de las mediciones realizadas en 57 estaciones oficiales de medición repartidas por nuestro territorio. Los datos apuntan que 9.000 personas del área interior del Mijares-Penyagolosa ha respirado aire contaminado por encima del estándar legal.
En lo referente a la provincia de Castellón, donde la industria tiene una presencia importante en el interior, el informe apunta que tomando como “el valor objetivo establecido por la normativa, más laxo que la recomendación de la OMS, la población que ha respirado aire contaminado por encima del estándar legal sería de solo 9.000 personas, en el área interior de Mijares-Penyagolosa, la cifra más baja desde la entrada en vigor del objetivo legal, en 2010”. Y añade, que las estaciones de “las áreas interiores de Cérvol-Els Ports, Mijares-Penyagolosa, han seguido incumpliendo el objetivo legal en el trienio 2019-2021”.
En general en la Comunitat Valenciana hay unos elevados niveles de contaminación por ozono troposférico que afectan a todo el territorio, y cuyo origen procede en gran medida de los óxidos de nitrógeno emitidos por el tráfico rodado que circula por las aglomeraciones de los accesos a las capitales de provincia, caso de Castellón, o por las carreteras interurbanas; también contribuyen de forma más puntual las diversas áreas industriales, como la de la cerámica, en el entonro de l'Alcora, o entorno a la refinería de Castellón
La contaminación no tiene solo efectos sobre el medio ambiente, también tiene un coste económico, laboral y sanitario. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, causa cada año entre 1.500 y 1.800 muertes en toda España.
En Castellón la contaminación del aire le cuesta a cada ciudadano 650 euros al año, según un estudio de la Alianza Europea de la Salud (EPHA, en inglés) que cuantifica el impacto económico de la polución en 400 ciudades de la Unión Europea. Para ello tiene en cuenta las muertes prematuras que genera los tratamientos médicos que precisan los afectados o las bajas laborales que genera la polución en el entorno de cada población
A pesar de que el descenso de la contaminación por ozono ha caído en un 39 y en un 43 por ciento en los dos años de pandemia, Ecologistes en Acció, alerta de que los planes autonómicos para reducir la contaminación por ozono que son obligatorios, según la legislación y el Tribunal Supremo, siguen sin estar elaborados para aquellas zonas donde resultan preceptivos, por lo que “hemos denunciado judicialmente la inactividad del gobierno valenciano, con un recurso visto para sentencia”. Asimismo, añade, pocas “ciudades cuentan con protocolos de actuación frente a las puntas de contaminación por ozono. El protocolo de València no contempla medidas para este contaminante, como la limitación del tráfico en episodios de elevada contaminación” . Por ello, instan a que se cumpla la normativa.
Al tiempo que ponen sobre la mesa los efectos de la Covid-19, período en el que se ha puesto de relieve que “la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales, también en el caso del ozono”.