El gobierno municipal esperará a las sentencias del TSJ antes de decidir sobre el monumento dedicado a las víctimas de la violencia
La Cruz del Ribalta, que se trasladó hace ahora dos años a la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, no volverá al parque. La principal razón es su estado de deterioro que podría acabar con este símbolo. Queda sobre la mesa la instalación de una nueva cruz den el parque, y el anunciado monumento por las víctimas de la violencia, que sigue en estudio.
Hace ahora dos años, el 4 de enero de 2023, cuando tanto la Generalitat como el gobierno municipal estaban gobernados por la coalición de izquierdas de PSOE, Compromís y Podem, la Cruz del Parque Ribalta era ‘cortada’ en su base y trasladada a la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva de Castellón.
La retirada de la cruz había formado parte de los programas electorales de Compromís y Podem. La tramitación había comenzado ya en la legislatura anterior (2015-2019). Y aunque el Partido socialista había intentado mantenerse al margen, se sumó al proyecto.
Los procedimientos administrativos se prolongaron en el tiempo más de lo que hubieran querido los detractores de la Cruz. Para ellos, la Cruz era franquista (pese a que había sido resignificada por el ayuntamiento de Castellón en 1979). Y el objetivo, sí o también, era sacarla del parque… ¿Y luego? el luego no estaba claro, si llevarla al cementerio, o depositarla en “un museo de los horrores”, como dijo en su momento la concejal de Compromís Verónica Ruiz.
Ese procedimiento fue largo porque, primero hubo que solicitar un informe que garantizara que no tenía un valor patrimonial o cultural. Porque hubo que pedir permiso a Cultura, ya que el Parque está declarado como BIC. Y porque, aunque se quería demostrar que era un vestigio franquista no se llegaron a encontrar motivos suficientes que lo garantizaran como tal. Aun así, en Connivencia con la Conselleria de Participación, Transparencia Cooperación y Calidad Democrática, La Cruz se introdujo en el Catálogo de vestigios franquistas.
Y no fue fácil conseguirlo. Finalmente, lo único que tenía el ayuntamiento, gobernado por el Fadrell a su favor, era la potestad municipal, como propietaria de la Cruz, para disponer de ella. Y para cubrir todos los resquicios, y como ha señalado esta mañana el portavoz, Vicent Sales, “chantajeó al obispo”. Porque solo de chantaje se podía calificar que el ayuntamiento le ofreciera este símbolo religioso que, de otra manera, podría haber acabado en la basura.
El obispado de Segorbe Castellón respondió como podía esperarse. Acogió la propiedad de la Cruz que fue trasladada a la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva, donde permanece en la actualidad. Aquella operación superior los 80.000 euros de coste.
Con el cambio de gobierno, ahora de coalición PP y VOX, la Cruz vuelve a generar discrepancias, VOX, o Abogados Cristianos litigan por devolver la cruz al Parque Ribalta. O en su caso, que se instale una nueva en el Ribalta.
Por otra parte, desde la oposición el PP anunció su intención de crear un monumento en homenaje a las víctimas de la violencia, donde también se represente a Miguel Angel Blanco, el concejal asesinado por ETA.
La Cruz no se moverá de la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva
En torno a la posibilidad de que la Cruz que ahora está en Santo Tomás de Villanueva vuelva a ser instalada en el parque Ribalta, Vicent Sales ha dejado muy claro esta mañana, en rueda de prensa, que no será así. La Cruz permanecerá donde está, entre otras razones, porque su estado es muy precario. Si ya hubo que tomar todas las precauciones para retirarla de donde estaba, seguramente no aguantaría otro traslado. Esa posibilidad se descarta por completo.
Aunque Abogados Cristianos y VOX abogan por instalar una nueva cruz, el PP tampoco lo tiene claro. Además, los litigios judiciales aún están pendientes de resolución.
El primero, en torno a la inclusión de las cruces resignificadas en el Catálogo de vestigios franquistas, una resolución del TSJ del pasado 5 de diciembre, determina que esa inclusión es nula, y por tanto el catálogo debería rehacerse y actualizarse. Pero la resolución ha sido recurrida porque la sentencia no era firme.
Además, el TSJ debe resolver también sobre el recurso planteado contra la sentencia del tribunal de Castellón, que declaraba la nulidad de los argumentos utilizados por el Ayuntamiento para la retirada de la Cruz del Ribalta.
De momento, el equipo de gobierno prefiere esperar a los pronunciamientos del Tribunal.
Y en cuanto al monumento de homenaje a las víctimas y a Miguel Angel Blanco, tampoco tiene prisa.
Muchas son las razones para ello. Por ejemplo ¿Tolerarían los ciudadanos que se vuelva a instalar una cruz en el parque Ribalta? Y lo que es más importante, el coste de la operación. 80.000 euros es mucho dinero para invertir en este punto, cuando Castellón tiene que resolver primero otros proyectos más importantes. Haeer, se hará ¿pero cuando? Hoy no… mañana.