El porcentaje de funcionarios públicos españoles, se determinó a finales del año 2022, en unos 3,2 millones frente a los 2,3 millones que tiene Alemania, con una población muy superior a la española.
El porcentaje sobre el número total de trabajadores (aceptados como tales por nuestro Ministerio de Trabajo) es el 16,3% y nos situaban en el número 25 de los países europeos según los datos de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en el año 2019 que son los más recientes.
Parece ser que en España, el concepto “Funcionario” no es equivalente a “Empleado Público”, por lo que resulta poco menos que imposible poder determinar aproximadamente una escala comparativa con el resto de las administraciones públicas europeas.
Todas las variantes lingüísticas que ha ido incorporando nuestro actual Gobierno, para disimular, ocultar y dificultar la interpretación tradicional de lo que eran los “parados” de toda la vida, han conseguido confundir hasta tal punto a todos los que pretendemos saber exactamente la verdad, que no hay forma humana de poder saber exactamente.
Cuando parece que ya todo está aclarado, surge una semántica inventada por los responsables de publicar los datos, para mantenernos en una constante marea de términos, que impiden saber a ciencia cierta lo que tanto nos interesa a los españoles de bien.
Mientras unos buscamos saber la “verdad” otros intentan incorporar nuevas acepciones o “palabros” para justificar lo injustificable.
Pero cuando uno se percata de la enorme cantidad de empleados públicos que podrían evitarse en España, es cuando va a oficinas públicas en las que tramitar papeleos o documentos que nos acrediten como ciudadanos españoles ante las autoridades.
Entonces volvemos a la España de los cincuenta-sesenta del siglo pasado, en las que en todas las ventanillas el término recurrente, era el “vuelva usted mañana”.
Ahora hacemos colas de horas, para que nos citen, para un día determinado.
Vemos muchas ventanillas de atención al público pero en algunas el funcionario no atiende a nadie, en otras no hay nadie sentado y en el caso que les comento, de las nueve ventanillas que había, en tres o cuatro había un funcionario atendiendo al personal.
Pero para hacer ese trámite, a veces hay que pagar unas tasas.
Tienes que ir automáticamente a un banco y tener la suerte de que no haya otra cola interminable, para poder hacer el ingreso y recoger el justificante de pago, con el que presentarte de nuevo ante otro funcionario previa cola.
Y tras unas cuatro horas entre colas y trámites, si se trata de tu DNI te darán una fecha relativamente próxima para que pases a recogerlo y entre tanto podrás presentar el papel de la tramitación como sustitutivo del carnet.
Si se trata de Carnet de Conducir, te darán también un resguardo de la tramitación con una vigencia trimestral y antes de esa fecha recibirás en tu domicilio habitual una carta sin certificar.
Tienes que estar pendiente de todos estos tiempos y si una semana antes de la fecha estimada no lo has recibido deberás de presentarte a reclamarlo en cuyo caso creo que ya me lo entregarían físicamente.
A riesgo de haberme equivocado o confundido después de todos los trámites que he tenido que hacer, por haberme robado( o perdido) mi cartera con todos los documentos, aprovecho la ocasión para comentarles a todos mis lectores y amigos los trámites y el tiempo que tendrán que perder si pasan por esa situación.
Les aconsejo que guarden siempre copias de todos los documentos a buen recaudo, porque eso les facilitaría sensiblemente todo los pasos a dar.
Un saludo a todos y hasta la semana que viene amigos.
