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La Lledonera y el fervor de su pueblo (III): La protección municipal de Lledó

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Hasta finales del XIX el Ayuntamiento luchó con uñas y dientes para proteger su patronazgo sobre el ermitorio de la Virgen de Lledó

El Ayuntamiento de Castellón siempre ha defendido a ultranza su patronazgo sobre la imagen de la Lledonera y su ermitorio. Algunos de los documentos que así lo relatan también son una prueba de la antigüedad del culto a Lledó y del interés que siempre despertó el santuario.

Como prueba de ello, la primera ampliación de la antigua iglesia se produce por orden de los Jurados en 1398, para poder acoger a los romeros que llegaban en peregrinación, que no cabían en ella.

'El intento' de la Cartuja de Vall de Christ y la negativa del Consell

La primera referencia a la defensa municipal de Lledó aparece documentada a principios del siglo XV, cuando la Cartuja de Vall de Christ, en todo su esplendor y bajo la protección de Benedicto XIII (el Papa Luna), reclama para sí las rentas de Santa María, con la intención de anexionarse también el Ermitorio de Lledó.

Tal como relatan los historiadores, En 1405 Pere Pujol, prior de la Cartuja de Vall de Christ viaja a Castellón con la intención de tomar posesión de su parroquia y cobrar sus rentas. Pero, además, pretendía también tomar posesión del ermitorio.

El Consell de la Vila se negó en redondo porque no estaban dispuestos a perder ‘La dita Ecclesia de Madona Sancta Maria del Lledó, dicen los Jurados, és estada regida e administrada per la dita Vila (…) del temps de la conquesta ençà’. El Consell leyó públicamente un escrito en la plaza Mayor en el que se hizo constar, de forma enérgica, la posición mantenida por las autoridades de la Villa: la administración de la iglesia de Madona Sancta María del Lledó era incumbencia exclusiva del municipio. De esta forma, también elegía a un prohombre para custodiar tanto las alhajas como los donativos y limosnas de los devotos”.

La misa del prior de San Agustín

Otro ejemplo de esta protección se produjo en 1429, cuando el prior de San Agustín ofició misa en el santuario. La noticia llegó hasta el vicario de Santa María y los sacerdotes, que mostraron su indignación. Defendían que nadie salvo el clero local podía celebrar misa en Lledó.

Los Jurados de la Villa tomaron la queja como una intromisión y protestaron al Obispo de Tortosa porque la Iglesia de Lledó era de la Villa y los sacerdotes de Santa María no podían tomar estas decisiones.

En 1495 los servitas también intentaron monopolizar el santuario para establecer su monasterio en el ermitorio. En este caso, el Consell los envió a crear su convento en la antigua ermita de Santa Bárbara.

El Consell solicita el reconocimiento del patronazgo al obispo de Tortosa y a Roma

Los patronos de Castellón grabado

No estaría muy seguro el Consell de que no se produjeran nuevas injerencias. Quizá por ello, en 1559 solicita al obispo de Tortosa, Fernando de Loazes, su permiso para: “crear una Cofradía para dar participar al Consell en el mantenimiento del templo y el servicio del culto. Los estatutos fueron aprobados por el Vicario General de la diócesis el 12 de mayo de 1597.

Pese a todo, en 1601 hubo un nuevo intento de ‘apropiación’ del santuario por parte de un fraile mercedario. El Consell y el clero de Santa María realizaron una protesta formal. Se decidió entonces ampliar la casa prioral para que un sacerdote diocesano fijara su residencia junto al Ermitorio en la casa prioral.

El Consell recurrió a Roma para que garantizara la concesión del patronazgo del Ermitorio a la ciudad. Paralelamente, se comisionó a varios jurados para que solicitaran al Obispo de Tortosa un decreto de institución de patronazgo sobre la casa y la ermita. La Villa se comprometía, a cambio, a correr con todos los gastos. “Y para un mejor funcionamiento, los administradores de la casa y la ermita, que eran los jurados, el vicario perpetuo de Santa María, nombraban cada tres años un prior, un clavario y un sacristán”. La concesión del patronazgo llegó el 7 de febrero de 1605.

El Consell recurre ante el Justicia Civil de Valencia

Con todo, no se acabaron ahí los problemas. En 1643 y mientras se realizaban las obras de mejora del santuario, llegó una orden del vicario general de la diócesis, que ordenaba la paralización de los trabajos, porque se realizaban sobre un recinto sagrado sin haber recibido la autorización del obispo.

Una vez más protestaron los jurados y, en esta ocasión lo hicieron ante el Justicia Civil de Valencia. La sentencia, el 8 de mayo, reconocía la propiedad del ayuntamiento y su competencia para realizar cuantas obras y reformas fueran necesarias sin solicitar un permiso eclesiástico.

En 1673 volvió a producirse la injerencia del Obispado de Tortosa, que tenía la pretensión de eliminar el cargo de prior para sustituirlo por un confesor en 1689. Los Jurados tornaron a protestar hasta que el Obispo reconoció de nuevo el patronazgo de la Villa sobre Lledó.

Las relaciones entre Ayuntamiento y autoridades eclesiásticas no siempre fueron todo lo buenas que debieran. Un ejemplo de ello se produjo el 1 de septiembre de 1799, el día de la fiesta de la Mare de Déu de Lledó. En la procesión de la Lledonera. Visto que los concejales y el alcalde se retrasaban, el clero optó por iniciar la procesión sin la presencia de las autoridades civiles. La protesta fue sonada.

Los republicanos, el cólera y Cardona Vives

Cardona Vives retratado por Juan Bautista

Cambios importantes se produjeron a finales del XIX y principios del siglo XX, cuando comenzaron a surgir los movimientos republicanos que pusieron en el punto de mira las relaciones con la iglesia.

En 1882, por primera vez el ayuntamiento no participó en la fiesta principal de la virgen a principios de septiembre.

Sin embargo, en 1884 la ciudad sufría una epidemia de cólera. y se dispuso la casa prioral del Lledó como dispensario de observación y confinamiento de los posibles infectados.

Relato de JM Francés: "El 5 de octubre se produjo el primer muerto por “cólera fulminante” y a partir de ese día las bajas se sucedieron sin interrupción, hasta el día 15 del mismo mes cuando alcanzan la cifra de veinte. La epidemia remitió progresivamente, dándose por extinguida el 21 de noviembre. El Ayuntamiento, en acción de gracias, acordó trasladar a la ciudad, el domingo día 26 de aquel mes, la imagen de la Virgen del Lledó".

Y no solo eso, sino que en 1885, a propuesta de los republicanos, se nombró hijo predilecto de Castellón al que había sido prior del santuario y arcipreste de Santa María: Cardona Vives, por su entrega a favor de los apestados.

Pese a las creencias y la forma particular de practicarlas, Lledó era una piedra angular y los castellonenses incrementaban su respeto por el santuario y por su patrona. El 'Pare d’Orfens', Cardona Vives, organizó por primera vez en 1866 el V centenario de la Santa Troballa.

El Ayuntamiento abjura de Lledó

El 8 de enero de 1896, a tenor del fervor del pueblo de Castellón hacia su patrona, se acuerda transformar el camino que lleva a la ermita en un paseo con un andén central arbolado y dos carriles laterales para el tránsito de vehículos. El proyecto fue redactado por el ingeniero Leandro Alloza.

Con todo, el 27 de agosto de 1897, el ayuntamiento abjuró de su protección sobre el santuario. ¿Por qué tenía que pagar el ayuntamiento por la manutención de un bien que solo competía a la iglesia? Por primera vez se pidió una separación de los cargos municipales de los de la gestión del ermitorio de Lledó. A partir de ahí surgió la figura del ‘Clavario’, como sustituto del representante municipal.

El convulso siglo XX: el Paseo de Lledó y el reconocimiento de su patrona

El siglo XX trajo consigo años de luces y sombras, fruto de las tensiones políticas: La dictadura de Primo de Rivera, la II República, la Guerra Civil, la proclamación de la dictadura franquista. La democracia llegó a partir de 1975.

A principios del siglo XX el ermitorio de Lledó volvió a recuperar su protagonismo. Una de las obras más relevantes fue la creación del paseo-camino de Lledó, que se inauguró en 1907. Hasta entonces, las procesiones se realizaban por el camino de la Plana. Las innovaciones no solo afectaron al camino de Lledó sino también a la festividad de celebración de la Virgen de Lledó, que se trasladó al primer domingo de mayo.

Aunque desde 1648 la Lledonera recibe ya el tratamiento de ser patrona de Castellón, no fue hasta  8 de noviembre de 1922 cuando el Papa Pío XI la proclamó oficialmente como tal.

La coronación de la LLedonera

Dos años más tarde aprobó la coronación canónica y pontificia de la imagen. El acto se llevó a cabo el 4 de mayo de 1924 en la plaza de la Independencia en una brillante y multitudinaria ceremonia oficiada, a las doce del mediodía, por el cardenal metropolitano de Tarragona Francesc Vidal i Barraquer, quien recibió la corona de manos del alcalde Francisco Ruiz.

La ciudad se vistió de gala, y fueron muchos miles de ciudadanos los que abarrotaron los andenes del vecino paseo del obelisco, las dos rondas y la calle de Zaragoza, en un clima de fervorosa celebración, que contó con un cuidado adorno de todas las calles por las que discurrió el sacro cortejo.

Lledo, cuartel de carabineros

Durante el segundo periodo de La II República, El 13 de agosto de 1936 el ayuntamiento aprobaba la incautación de todos los templos de la ciudad para dedicarlos a otros menesteres. La Ermita de Lledó se convirtió en el Cuartel de carabineros, que se instalaron en el templo sin miramientos.

La Imagen relicario de la Virgen de Lledó fue derribada a mazazos. La talla, mutilada y destrozada lograría recomponerse años después, en su mayor parte, pero ya no pudo ejercer el papel que le había sido asignado durante tanto tiempo.

Imagen original de la Virgen de Lledó

La primitiva imagen de la Lledonera fue resguardada y escondida por sus fieles, Adsuara y Paús.

Terminada la guerra, se encargó  a Tomás Domingo Colón y Juan Bautista Porcar una nueva talla relicario para la hornacina de la Lledonera, que fue bendecida en 1940 en la plaza de la Independencia. Además, se reconstruyó el altar mayor de la ermita de Lledó, según un proyecto de Vicente Traver, alcalde y arquitecto diocesano.

La creación de la diócesis de Segorbe Castellón

concatedral de santa maria castello
Más de medio millar de asistentes han confirmado su presencia en la Concatedral para este concierto.

Otro relato importante para Castellón tuvo que ver con la firma del Concordato entre el Estado y l Iglesia el 27 de agosto de 1953 por el que “el Papa Juan XIII firmaba el el decreto de constitución de la diócesis Segorbe Castellón, con un total de 132 parroquias agrupadas en nueve arciprestazgos” (Gascó, A, 2007).

La sede arciprestal de Segorbe pasaba a ser de Segorbe-Castellón, y Santa María era elevada a sede arciprestal y concatedral de Segorbe-Castellón. A partir de aquel momento la diócesis de Segorbe-Castelló tenía obispo propio, que también lo era del Ermitorio de Lledó, que fue elevado al grado de Basílica en 1983.

La titularidad de Lledó vuelve a ser cuestionada en el Ayuntamiento

El patronazgo del Ayuntamiento sobre Lledó no volvió a ponerse en entredicho hasta la legislatura municipal de 2011-2015, y posteriormente durante los gobiernos de coalición e izquierdas, entre 2015 y 2023.

Desde los grupos municipales más de izquierda volvió a ponerse de manifiesto que el Ayuntamiento era una institución laica. Fueron dos gobiernos que bailaron todo tiempo en el alambre. El Pacto del Grau, entre 2015 y 2019 daba soporte al gobierno de PSOE-Compromís, con Castelló en Moviment como socio en la oposición. Y el Acuerdo de Fradrell cumplió el mismo cometido entre 2019 y 2023 para un tripartito integrado por PSOE, Compromís y Podemos.

Las divergencias tuvieron consecuencias porque estaban obligados a entenderse... para gobernar; aunque no coincidieran en todos sus planteamientos.

Los efectos se dejaron sentir con fuerza en tradiciones como 'La Romeria de les Canyes' antes de que se consiguiera su protección al ser declarada BIC. La izquierda más izquierda intentó suprimir los actos religiosos de las tradiciones municipales. Y fue histórica la salida de la romería cuando parte de la comitiva oficial se negó a seguir las pautas de no entrar en la iglesia, mientras otra parte del desfile daba la vuelta a la fuente de la plaza...

Si eso ocurría con las fiesta de la Magdalena, cabe imaginar que la Basílica tampoco se libró de estos 'agravios'. Volvió a cuestionarse la titularidad municipal sobre Lledó, pero sobre todo, su mantenimiento o quien debía sufragar los gastos del 'párroco de Lledó'...

  • centenario Lledonera Castelló
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Sea como fuere, la primera autoridad municipal (la socialista Amparo Marco) participó en los actos del centenario de la proclamación de la Mare de Déu de Lledó en 2022. Y en 2024 el ayuntamiento (gobernado por PP y VOX) ha vuelto a implicarse de lleno en los actos de conmemoración del centenario de la coronación de la patrona de la ciudad.

Bibliografía

  • Balbás, Juan (1987). “El Libro de la provincia de Castellón”. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Castellón
  • Francés Camús, Josep Miquel (2099). “Historia de la basílica de Lledó”. Publicaciones de la Universitat Jaume I: Servei de Publicacions de la Diputació de Castelló
  • Gascó Sidro, Antonio José (2007). “Crónica de Castellón”. Servei de publicacions Ajuntament de Castelló.
  • Traver Tomás, Vicente (1981). Servei de Publicacions Ajuntament de Castelló
  • https://www.basilicalledo.es/historia-de-la-basilica/
  • https://es.wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_de_Nuestra_Se%C3%B1ora_del_Lled%C3%B3_de_Castell%C3%B3n_de_la_Plana
  • https://www.vivecastellon.com/noticiario/la-virgen-del-lledo-y-las-epidemias-por-josep-miquel-frances-prior-de-lledo-32896.html
  • https://es.wikipedia.org/wiki/Concilio_de_Nicea_II
  • Concilio de Trento: https://es.wikipedia.org/wiki/Concilio_de_Trento