Establecimientos de comida mexicana, asiática o mediterránea abren sus puertas en la céntrica avenida de la ciudad
La avenida Rey don Jaime de Castellón de la Plana se ha transformado de forma notable en el último año y se ha convertido en un punto neurálgico gastronómico.
Varios propietarios de locales comerciales o pequeños inmuebles confirman el interés del sector de la restauración por el céntrico y conocido vial, que, en unos meses, ha dejado atrás su marcado carácter comercial para postularse como un eje de ocio gastronómico como no se había visto anteriormente en la ciudad.
Locales que hace unos años alojaban comercios, joyerías, relojerías o collas particulares se han convertido en restaurantes, bares y tascas de diferente índole pero con un denominador común: la buena gastronomía.
El restaurante asiático Little Thai, en el número 62, es un buen ejemplo de ello. Con una oferta gastronómica muy original, orientada sobre todo a los consumidores jóvenes pero también a familias con niños, ha llamado la atención de muchos castellonenses.
En el número 56, el conocido Café 56, establecimiento que abrió sus puertas la pasada Navidad, ha consolidado una oferta de comida mediterránea con ensaladas, carpaccios, carnes, pescados y arroces que hace las delicias de quienes lo visitan.
Más cerca del pasaje que une la avenida con la calle Alloza, La buenagera presenta una oferta muy particular, basada en el producto de proximidad y la cocina bien cuidada.
Ryukishin, especializado en ramen, en el número 98, junto al restaurante mexicano Los Chamacos, marca la propuesta más exótica, en el extremo de la avenida más cercano a la plaza Clavé. Cada uno en su estilo, ambos restaurantes marcan una tendencia muy clara sobre hacia dónde se orienta este vial.
En la acera de los números impares, el ya veterano Cruz Blanca Monterrey y el prestigioso Alessandro Maino cierran, por el momento, una oferta gastronómica que ha llegado a la avenida Rey don Jaime para quedarse.