La contratación, pendiente desde 2016, rechazada por la concesionaria, que discrepa de los beneficios que se le atribuyen
La rehabilitación del parking de Cardona Vives de Castelló volverá a sufrir nuevos retrasos. La razón, en esta ocasión, parte de las discrepancias sobre el pliego de condiciones para sacar la obra a licitación y explotación, ya que la concesionaria discrepaba sobre los beneficios que se le atribuyen. Para solventar este problema, el ayuntamiento ha contratado una auditoría externa, que tendrá un coste de 6.000 euros que habrán de sumarse al presupuesto de casi 2,4 millones de euros de la restauración.
Esperanza Molina/ Castellón Información
El aparcamiento subterráneo más antiguo de Castelló tendrá que esperar un poco más para que sea sometido a concurso público para su remodelación y explotación durante los próximos ¿15 años?
Construido en 1975 sobre una plaza creada en 1969, ha sido uno de los aparcamientos más utilizado en la capital de la Plana, porque está situado en un lugar estratégico, en pleno centro de la ciudad y, además de permitir el estacionamiento en rotación acepta abonos.
Pero la iniciativa de rehabilitarlo y sacarlo de nuevo a concesión ha chocado con todo tipo de dificultades.
Proyecto de remodelación
el 15 de marzo de 2016 se acometió el procedimiento administrativo para la remodelación y explotación del aparcamiento y elaborar para ello un estudio de viabilidad, que se expuso al público tras su aprobación el 10 de marzo de 2017. La mercantil Saba podía presentarse o no a este concurso, pero seguiría dando el servicio hasta que se designara a la empresa que asumiera la responsabilidad de obrar y explotar.
No se presentaron alegaciones, por tanto, el procedimiento parecía no encontrar mayores problemas, que las discusiones municipales sobre su uso, si debería ser de gestión municipal como propuso uno de los partidos que daba apoyo al equipo de gobierno sin formar parte de él.
Sin embargo, en noviembre de 2017 se ponía en marcha una nueva Ley de Contratos del Sector Público, que modificaba numerosos aspectos en el régimen jurídico de los contratos. El proyecto y su explotación todavía no había salido a concurso público, por lo tanto, fue obligatorio adaptar el procedimiento a la nueva Ley. Primer contratiempo.
En enero de 2020, ajustado el contrato a la ley de 2017, se aprobaba el nuevo Estudio de Viabilidad.
Estudio de Viabilidad
Aquel Estudio de Viabilidad analizaba el estado del parking y estimaba el coste de la remodelación en 2.340.685 euros (Iva Incluido) con un periodo de ejecución de 8 meses. Una inversión demasiado cara para que pudiera ser ejecutada únicamente con fondos municipales. Así las cosas, lo que se proponía era sacar a concurso público la remodelación y explotación de parking. La empresa que ganara la licitación debería costear las obras y compensar el gasto realizado y el beneficio resultante con una concesión de explotación temporal de 15 años, libre de canon.
Sin embargo, la empresa que accediera a estas condiciones debería apostar por una reducción de tarifas, ofrecer ofertas de uso de mañana o tarde, abonos ciudadanos, colaborar con el comercio local mediante ofertas puntuales sobre el uso del aparcamiento, y permitir el aparcamiento gratuito de bicicletas. Por supuesto, debería tratarse de un aparcamiento vigilado.
Aquel estudio de viabilidad estimaba que el coste de la remodelación podría rondar los 2,4 millones de euros a los que habría que sumar los gastos normales de mantenimiento. En función de los datos económicos aportados por la mercantil Saba, con unos ingresos de más de 395.000 euros en 2018, los técnicos consideraban que los gastos de remodelación y la exención del canon podrían afrontarse cómodamente por la empresa que ganara el concurso en un periodo de 15 años, para después, revertir la instalación al ayuntamiento como aparcamiento de titularidad municipal.
Las previsiones no se cumplían
En contra de lo que había ocurrido en 2017, en esta ocasión, en 2020, si se presentaron alegaciones en el periodo de exposición pública. Segundo contratiempo.
Los números de los técnicos no cuadraban con los de la empresa que mantenía la concesión.
La empresa que todavía mantiene la concesión del parquin ponía el acento sobre diferentes temas: en primer lugar, si una vez completada la remodelación el aparcamiento habría de registrarse como una obra nueva o no. El dato era importante, por cuanto afectaba a los impuestos a los que habría de hacer frente el concesionario del concurso.
Pero incidía también, en que los cálculos de rentabilidad realizados por los técnicos municipales eran demasiado halagüeños y podrían no cumplirse. Consideraban exagerado el beneficio anual que presentaba el estudio de viabilidad económica y, entendían que 15 años resultarían insuficientes para amortizar la inversión y sacar beneficio.
Estimación parcial de la alegación
En octubre del 2020, el ayuntamiento reconocía parcialmente la alegación. Por una parte, declaraba que la remodelación debía entenderse como obra nueva, en función de la escritura otorgada el 30 de diciembre de 1974. En este sentido, modificaba el estudio de viabilidad para incluir los impuestos que deberían de abonarse.
Pero no aceptó la discrepancia económica realizada por la empresa, ya que estimaba que una buena gestión y un incremento de plazas de aparcamiento en la infraestructura de Cardona Vives podría asegurar el beneficio de la empresa que realizara la obra y explotara el servicio durante los años propuestos (15 anualidades).
Cambió la ciudad y llegó la Covid
Ahora bien, mientras se resolvía aquella alegación con los resultados que se han expuesto, se han producido otros factores que vuelven a alterar tanto el procedimiento como su valoración económica: los nuevos estudios de peatonalización del tráfico en el casco urbano de Castelló, pero sobre todo, la pandemia de la Covid. Tercer contratiempo.
En el primer caso, la gestora del parking de Cardona Vives no es la primera que ha hecho frente al ayuntamiento con relación al canon, a la concesión y a sus efectos de explotación, si se incrementa el espacio peatonal y se complica el acceso al estacionamiento, el uso puede resentirse y, con ello, la rentabilidad de la explotación.
Pero lo que de verdad ha torcido todo el invento, ha sido la repercusión de la Covid. Con el Estado de alarma se confinó a la población, por tanto, los beneficios por el uso del aparcamiento fueron menores. Pero además, aunque la pandemia parece ahora menos mortífera que en oleadas anteriores, ha condicionado también la movilidad, y los usos del estacionamiento de Cardona Vives, sobre todo, si se compara la rentabilidad de 2018 con la de 2020 y 2021.
¿Cuánto cuesta remodelar el parquin y en cuánto tiempo se amortiza la inversión?
En conclusión, la iniciativa de sacar a concurso público ha vuelto a plantear nuevos conflictos, hasta el punto de que el departamento de Intervención emitió informe el pasado mes de julio. En informe se proponía la contratación de una auditoría externa que pudiera valorar tanto el proyecto de rehabilitación como su rentabilidad económica y, por tanto, la validez del pliego de condiciones económicas a tenor de las nuevas circunstancias que rodean este proyecto, y si el plazo de la concesión era el adecuado o cabía prorrogarlo.
Contratación de una auditoría externa
Y esto es exactamente lo que ha tenido que hacer el ayuntamiento, contratar una auditoría externa, a través de un concurso menor (porque el importe de este nuevo gasto no supera los 18.000 euros), con la presentación de tres ofertas para elegir la más conveniente para la entidad municipal.
La contratación de la auditoría externa, que ya se ha completado, conlleva un gasto añadido de 6.000 euros, que son el resultado del trabajo realizado por 5.000 euros más1.050 euros de IVA.
Es de prever que la auditoría disipe las dudas para poder sacar a concurso público abierto el proyecto de restauración y explotación del aparcamiento público de Cardona Vives… si no surgen nuevos contratiempos.
