El ayuntamiento pide ayuda externa para ‘salvar desniveles’ y redactar un proyecto para solicitar su financiación a la Generalitat
El ayuntamiento de Castelló ha sacado a concurso público el estudio informativo y la redacción del proyecto de la Ronda Oeste de Castello. Es el tramo que falta para cerrar la circunvalación, pero también es el tramo más complicado de todos “por eso se dejó para el final”. Son solo 2,7 kilómetros, pero son como una ‘travesía en el desierto’ con obstáculos por todas partes. El objetivo municipal es disponer del proyecto para su financiación por la Generalitat.
Esperanza Molina/ Laura Torlà/ SB/ Castellón Información
En la década de los 90, en Castelló, se inauguraba la Ronda Sur, el primer tramo de la circunvalación que bordea el término municipal. A finales del 2021, el anillo sigue incompleto a falta del último trecho en la Ronda Oeste. Y es que, según el concejal de Urbanismo, José Luís López, “es la parte más compleja de todas”.
La Ronda Sur marcó un hito en la ciudad, y eso que, de los dos tramos que se contemplaron inicialmente, solo se creó uno y hubo que esperar hasta que se apostó por su prolongación. Por cierto, cuando se continuó, para evitar problemas fue denominada primer tramo de la Ronda Este.
Fue una inauguración tan singular como ‘divertida’. Programada por el entonces alcalde, Daniel Gozalbo, y el que fuera conseller de infraestructuras, se abrió al tráfico ya en tiempos del gobierno de José Luís Gimeno en la legislatura de entre los años 1991 y 1995. Eugenio Burriel todavía era conseller; el PSOE conservaba la Generalitat (con Lerma al frente) y la Diputación (presidida por Francisco Solsona); e Ignacio Subías, era el delegado del Gobierno. El ingeniero municipal de Caminos era Pepe Prades.
Como se aprecia en la fotografía, el ayuntamiento pidió que el obispo bendijera la obra; y allí, frente a las caras ojipláticas de los dirigentes socialistas, el señor obispo exclamó: "¡Bienaventurados los ingenieros de Caminos, porque sus carreteras nos llevarán a Dios!”
La Ronda Sur desembocaba en una enorme rotonda (según e publicó entonces, la más grande de Europa), que conectaba la entrada con la AP-7, la N-340. A la que se sumaron luego otras conexiones. Y desde allí se prolongaba hasta la avenida de Almassora.
Ya, con gobierno del PP en Castelló, Diputación y Generalitat, se inauguraba la primera fase de la Ronda Este, que tuvo una inversión de 1.254 millones de pesetas, entre la avenida de Almassora y la avenida del Mar a finales del 2000. A la continuación, entre la avenida del Mar y la N-340, se la llamó Ronda Norte. El convenio para su financiación, en 2001, todavía se calculó en pesetas: 1.667 millones, de los cuales la Conselleria se comprometía a asumir el 80% mientras que el Ayuntamiento asumía el 20% restante. Las obras se adjudicaron en febrero de 2003 y su coste, ya con moneda europea, fue estimado en 8.474.000 euros.
En aquel momento, se lanzaban las campanas al vuelo, porque solo
faltaban 7 kilómetros para completar el anillo de la circunvalación.
Pero comenzaba la zona más compleja. La Ronda Oeste se subdividió en dos tramos. El noroeste, debía conectar la N340 con la carretera de Borriol, con una parte en trinchera, en las cercanías del Tetuán 14. 2,5 kilómetros que se inauguraron en diciembre de 2011.
Y ahí se quedaron las rondas durante los últimos 10 años, porque el resto de la Ronda Oeste no ha dado un paso más.
El ayuntamiento de Castelló ha reclamado en numerosas ocasiones a la Generalitat, que asuma esta última ronda. Pero no es un proceso sencillo. Además, el acuerdo inicial es que la entidad municipal debe
redactar el proyecto y las expropiaciones, para que la Generalitat ejecute la obra.
Según confesaba José Luís López, el nuevo trazado debe resolver, entre otras muchas cosas, el paso sobre el Río Seco, la diferencia de cotas con la zona de la UJI, enlace con la carretera de Ribesalbes y con la CV-16, la conexión con la AP-7 y la N340, y con la Ronda Sur, por una rotonda diferente a ‘la más grande de Europa, que ya está bastante congestionada.
Y no debe ser tan fácil, cuando el ayuntamiento ha decido externalizar tanto el estudio informativo como la redacción del proyecto. Ambos pasos deben ser asumidos por la entidad municipal antes de plantear la financiación a la Generalitat Valenciana.
Por esta razón, la Junta de Gobierno aprobaba ayer el pliego de condiciones para sacar a concurso público el estudio y el proyecto, con un coste de licitación de 581.000 euros. Para el primero, una vez adjudicado, se da un plazo de 4 meses. Para el segundo, una vez determinada la solución que se proponga, el periodo contemplado por el ayuntamiento es de 7 meses. En conclusión, y con suerte, se replantearía la obra a finales de 2022.