Almassora ya ha dado la bienvenida a la Semana Santa con el tradicional Pregón, que da inicio a unos días marcados por la religiosidad, el recogimiento y la solemnidad. Nuestra Semana Santa está declarada fiesta de interés turístico provincial por su simbología y puesta en valor de la tradición cristiana.
El párroco de la Natividad de Nuestra Señora, Juan Ángel Tapiador, ha sido este año el pregonero, con motivo del 25º aniversario de su ordenación sacerdotal. Siempre tan cercano a los almassorins nos animó a vivir días de reflexión, oración y conversión. Lanzó un mensaje basado en el amor y el perdón.
El sábado, los Lluïsos nos volvieron a emocionar y sorprender con la recreación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en el corazón de nuestra Vila. Una magnifica y cuidada representación, con cerca de 50 actores, que logra conmover al público.
Nos adentramos en los días grandes de nuestra fe y, me gustaría poner en valor el trabajo y esfuerzo con el que entidades, como Tambors de Passió, cofradías y hermandades preparan cada uno de los actos. Quiero destacar el papel de la Junta Central de Semana Santa como alma mater de todos los preparativos.
Almassora ofrece con su Semana Santa una celebración única, singular, especial y emotiva, donde se funde la historia de un pasado y el vínculo presente de la mejor demostración de pasión y alegría. Tienen cabida todos los qué desde la mejor voluntad, más experiencia y buen hacer quieren aportar para hacer más grande nuestra Semana Santa como una de las tradiciones más arraigadas en las calles de nuestro municipio.
Es una festividad que contagia su emoción y el profundo sentimiento, de cada cofradía y hermandad, en una celebración con un gran valor histórico y artístico, y que nos permite honrar tradiciones y costumbres, recibidas de nuestros mayores, para conocer más de cerca nuestra historia y cultura a través de una celebración que cuenta con siglos de historia.
Animo a todos los vecinos y visitantes a adentrarse en la Semana Santa almassorina, a conocerla y participar en ella para seguir engrandeciéndola.