Vivimos tiempos convulsos, con cambios y donde la tecnología y su evolución no es indiferente a nadie. Pero, al contrario de lo que muchos pensábamos que la tecnología era un avance, podría suponer un retroceso, dado que para muchos empleados en primer lugar se está convirtiendo en un problema de salud.
De hecho, ya hay un concepto acuñado por los expertos denominado “Tecnoestrés”. El estrés ocasionado por el uso de la tecnología, que ya ha llegado a nuestras vidas.
Estrés que no solo debería importar a los trabajadores, pues ellos son los principales afectados, también a las empresas, por cuanto hablamos de la salud de sus propios trabajadores.
Pero, ¿qué factores generan tecnoestrés?
- La sobrecarga de trabajo que el empleado experimenta debido a la tecnología. Los trabajadores sienten que a pesar de la utilización de la tecnología, la carga de trabajo excede el tiempo que disponen para finalizarla.
- La sensación de que debido a la tecnología, el empleado puede ser ‘alcanzado’ por la empresa en todo momento y este siente la obligación de tener que estar conectado y disponible en todo momento.
- La incertidumbre asociada a las propias tecnologías y su uso. Saber si uno se sentirá capaz de aprender y entender cómo funcionan.
- La inseguridad de saber si su puesto de trabajo puede estar en el aire, ante los cambios en la empresa o la existencia de otros empleados con un perfil más tecnológico.
- La falta de autoconfianza ya que son conscientes de que probablemente las actualizaciones tecnológicas, conlleven cambios y su conocimiento se quede obsoleto. Y por tanto necesiten hacer un esfuerzo para reciclarse y les sea útil.
Por eso, antes estas circunstancias que pueden acabar generando estrés y dañar la salud de los trabajadores, la empresa debería poner los medios necesarios. Ya sea a través de un soporte técnico y humano suficiente para la atención de preguntas y dudas, dotar de capacitación y formación a sus empleados, hacerles partícipes de los cambios, para que sientan que este no les viene impuesto y son participes de él, etc.
No actuar proactivamente puede originar desde: trabajadores que se queman (burnout), aumento del absentismo, disminución de la productividad, insatisfacción laboral, reducción del compromiso y en último lugar deseo de abandono.
Por eso, insisto en las empresas a las que acompaño, que precisan de líderes que promulguen una visión y una gestión proactiva y compartida, que empoderen y estimulen el talento y las fortalezas del equipo, que practiquen un liderazgo emocional y ético y que afronten las dificultades. Y el cambio tecnológico es sin dudas una dificultad PRESENTE.
Es la tecnología, ¿un avance o un retroceso? … DEPENDE DE TI.
