Castellón Información
La Unió de Llauradors ha realizado gestiones y mantenido negociaciones con la consellera de Agricultura, Elena Cebrián y con el director del IVIA, Enrique Moltó, para buscar de forma consensuada la mejor solución posible para los productores de las variedades de cítricos Safor y Garbí ante el deterioro comercial por las manchas que les salen a la fruta.
En este sentido, se ha llegado al consenso de convocar una reunión del Consejo Rector del IVIA durante el mes de junio para tratar de encontrar la mejor salida a esta problemática situación para todos los agricultores afectados y no sólo a unos cuantos, “huyendo del sectarismo al que estábamos acostumbrados en los últimos tiempos”, señala La Unió.
La Unió cree firmemente que la respuesta adecuada pasa por un acuerdo justo negociado entre las partes, ya que iniciar ahora un proceso judicial largo y sobre el que nadie, en estos momentos, puede vaticinar el resultado, debería ser la última opción. Por ello aconseja a sus asociados y a todos los citricultores valencianos que “piensen con cabeza y esperen a ver el resultado de esa reunión del Consejo Rector, antes de decidirse a litigar”. No obstante, La Unió desea dejar claro que si la respuesta de la administración continúa siendo insatisfactoria no descarta iniciar acciones judiciales contra todos los responsables de este desaguisado. Pero este debe ser el último recurso porque un proceso judicial sin garantías de éxito llevará un elevado coste y, seguramente, arrancar durante el proceso las actuales plantaciones no rentables de Safor y Garbí para poner otras variedades más rentables.
En este sentido, La Unió opina que lo más importante en estos momentos es buscar un compromiso que permita a los citricultores que apostaron en su momento por estas variedades recuperarse económicamente de las inversiones realizadas y que la Conselleria de Agricultura dé a conocer y depure responsabilidades de todos los que, con su actuación en aquel tiempo, han provocado el conflicto actual.
Esta organización agraria ya inició contactos en octubre con responsables del IVIA para analizar la situación de estas variedades, pedir explicaciones, conocer el estado de los ensayos y ver las soluciones que se planteaban a la crisis generada. El IVIA insistió en que era muy importante que durante la campaña, ahora ya prácticamente acabada, se hicieran los ensayos pertinentes para determinar las causas y en consecuencia encontrar los remedios a la aparición de las manchas. La Unió se comprometió por aquellas fechas a no realizar ninguna acción contra el IVIA mientras duraran los ensayos, tal y como así ha sido.
Para conocer la realidad actual habría que remontarse a la situación de la citricultura valenciana hace siete años, enmarcada en un contexto de grave crisis de precios. Las variedades tradicionales de cítricos veían desplomar sus precios y muchos agricultores tenían la amenaza de denuncias y de arranque del arbolado de sus explotaciones si no regularizaban la situación con la Nadorcott. Con esta serie de circunstancias salieron al mercado estas dos nuevas variedades de mandarinas tardías que se habían experimentado en el IVIA, fruto de la presión de una élite que quería resultados rápidos -el peor enemigo de la investigación- para competir con las variedades que venían de fuera de nuestro país y que generaban por aquellas fechas grandes beneficios económicos a sus titulares. Los administradores del IVIA en aquel momento no quisieron, o no pudieron controlar, los intereses personales y las presiones y al final salieron al mercado.
La Unió insiste en evitar las prisas en materia de investigación agraria y quiere alertar a los agricultores para que no se dejen convencer por los cantos de sirena que llegan desde empresas que ofrecen variedades milagrosas, casi todas con poca o nula experimentación en nuestro territorio bajo la promesa de la salvación económica de nuestros citricultores.