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lunes, 25 de noviembre de 2024 | Última actualización: 23:18

La Unió y asociaciones de afectados piden priorizar el autoconsumo en lugar de macroplantas fotovoltaicas

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Carles Peris se pregunta cuantos edificios de las Administraciones Públicas tienen placas solares instaladas en sus cubiertas o tejados

La Unió Llauradora i Ramadera y asociaciones de personas afectadas piden a las Administraciones Públicas (Generalitat y Gobierno de España) que prioricen el autoconsumo energético en vez de grandes macroplantas fotovoltaicas que van a destrozar el territorio rural y que ponen en peligro una importante superficie de terrenos agrícolas en plena producción, granjas y otras actividades como por ejemplo bodegas o almazaras, turismo rural o restauración, entre otras, además de aniquilar la forma de vida de las personas que tienen su proyecto vital en estas zonas. 

La organización apuesta así de forma firme por potenciar en una primera fase el autoconsumo en los tejados de las zonas urbanas, en los polígonos industriales y en infraestructuras o edificios de propiedad pública en las zonas demandantes de energía para no destruir el territorio rural. “¿Cuantos edificios de las Administraciones Públicas tienen placas solares instaladas en sus cubiertas o tejados?, se pregunta el secretario general de LA UNIÓ, Carles Peris.

Esta organización ha recopilado un ejemplo gráfico (ver archivo adjunto) de algunos de esos edificios y llama la atención que ninguno o casi ninguno dispone de instalaciones fotovoltaicas. Ni el Ministerio de Transición Ecológica, ni el de Agricultura, ni la Generalitat en la mayoría de sus sedes y Consellerias, ni las Diputaciones, ni muchos polígonos industriales, tienen placas fotovoltaicas en sus techos.

La concentración de instalaciones fotovoltaicas en grandes macroplantas concentradas en suelo agrícola o forestal es una clara agresión al mundo rural que puede convertir en “un auténtico queso gruyere numerosos términos municipales ubicados en zonas rurales”, asegura Carles Peris, quien insiste en que “nos quieren imponer macroproyectos fotovoltaicos sin ningún tipo de racionalidad, mientras nuestras Administraciones no cumplen con el ejemplo y no disponen de placas solares”. LA UNIÓ cree además que hay que acercar la producción energética a las grandes áreas urbanas e industriales de consumo, con el objetivo de evitar las pérdidas y el impacto del transporte de la energía a grandes distancias a través de las vías de evacuación que también afectan durante kilómetros a zonas de actividades rurales de interés.

Estudia movilizaciones en la Plana Alta y l’Alcalatén

Ayer se celebró una nueva reunión en Vilafamés, organizada por el Ayuntamiento, contra los macroproyectos fotovoltaicos que se prevén por la zona, junto a otra en Cabanes ese mismo día, tras la que se celebró en Vall d’Alba hace unos días o la de esta misma semana en Les Useres. Entre los últimos proyectos anunciados y sometidos a información pública está la construcción de una planta fotovoltaica y su estructura de evacuación que afectará a los términos municipales de les Useres, Vilafamés, Costur, Alcora, Onda y Betxí; con una planta en les Useres con 303.520 paneles solares. También hay otro proyecto de construcción de otra planta fotovoltaica y estructura de evacuación que afectará a los términos municipales de Cabanes, la Pobla Tornesa, Vilafamés, Vall d'Alba, Costur, Alcora, Onda y Castelló de la Plana; con una planta en Vilafamés-Cabanes de 555.548 paneles solares.

LA UNIÓ y las asociaciones Junts per la Terra y Associació Nostra Terra, así como otras que se están constituyendo en las poblaciones afectadas, estudian la convocatoria de movilizaciones en las próximas semanas en esas comarcas castellonenses y anuncian que “este atropello al territorio ha unido a los habitantes del mundo rural y a las personas agricultoras y ganaderas ante este expolio en el territorio que se quiere hacer, por lo que estamos dispuestos a hacer frente a todos esos gigantes".  Piden la máxima unidad social contra todos estos proyectos especuladores y expoliadores contra los habitantes y contra el medio de vida de muchas familias.

"No se pueden arrasar olivos centenarios, almendros en plena producción ni tampoco la ganadería extensiva que tendría menos pastos, granjas de porcino; actividades como el turismo rural, restauración, industrias agroalimentarias, muros de piedra en seco. Todo ello es la base de un paisaje y de la identidad cultural y social de muchos de nuestros pueblos, además de un motor económico y de fijación de la población. El valor paisajístico que generan las explotaciones agrarias, el modelo de producción familiar de productos de calidad y proximidad que proporciona el sector agroalimentario de estas zonas es vital e incalculable", señala Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ.