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El pleno del Ayuntamiento de la Vall d'Uixó ha aprobado esta tarde la moción del equipo de gobierno para el cumplimiento de la Ley 52/2007 de Memoria Histórica, que dice textualmente: "Las Administraciones públicas en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura".
Así, se retirará el escudo preconstitucional de la fachada del edificio de Correos, de titularidad municipal. Además, el consistorio también instará al Obispado de Segorbe-Castellón, como propietaria del inmueble, a que retire el escudo preconstitucional de la fachada de la iglesia de la Mare de Déu dels Desamparats (Colonia Segarra).
Asimismo, se pedirá a los propietarios de las viviendas particulares de la Colonia Segarra, la avenida Sud-Oest y el barrio Carbonaire y el resto de ubicaciones en las que existen placas o azulejos con el yugo y las flechas, a que las retiren o autoricen a la brigada municipal a hacerlo.
Por otra parte, el Ayuntamiento iniciará el procedimiento administrativo para retirar la medalla de oro de la ciudad y el nombramiento como hijo adoptivo y predilecto de la Vall d'Uixó al dictador Francisco Franco. También se abrirá el proceso para cambiar el nombre de la plaza y las calles dedicadas a los alcaldes designados por el régimen franquista.
El concejal de Cultura, David Lluch, ha señalado que el cumplimiento de esta ley es "un acto de dignidad democrática, de justicia y de reparación de las víctimas del franquismo". "Mantener unos símbolos de exaltación de una dictadura sangrienta que represalió a quienes defendían la democracia y que provocó un grave daño en nuestra sociedad es incompatible con nuestros valores democráticos", ha añadido.
Por ello, con esta decisión se pretende "cerrar las heridas todavía abiertas entre muchos españoles" y tras casi 40 años de democracia "queremos cortar el último cordón umbilical que nos une al franquismo, último reducto de la barbarie del totalitarismo y el fascismo en la Europa occidental".
Lluch ha asegurado que "no es tarea de los representantes de los ciudadanos legítimamente elegidos por sufragio universal implantar una determinada memoria colectiva, pero sí es nuestro deber reparar a las víctimas".
Además, el edil ha expresado la necesidad de "fomentar los valores constitucionales y promover el conocimiento y la reflexión sobre nuestro pasado para evitar que se repitan situaciones de intolerancia y violaciones de los derechos humanos como las vividas en nuestro país durante la dictadura del general Franco".