La alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco reconocía, que buscan las fórmulas alternativas para poder apagarlas cuanto antes
Las cámaras que controlan el acceso al centro de Castelló siguen activas, lo que también significa que, con su tecnología de reconocimiento de matrícula, generan notificaciones de multas. La alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco, reconocía en rueda de prensa, que no las han apagado porque tienen que cumplir la Zona de Bajas Emisiones del centro, y el centro se les llenaría de coches pero indicó que tienen la intención de apagarlas cuento antes.
El Ayuntamiento de Castelló (en la legislatura anterior), implantó todo un sistema de cámaras en los accesos a la zona centro de la ciudad, con una tecnología que permitía la lectura de las matrículas de los vehículos.
El sistema seguía la línea de otras ciudades españolas y europeas y tenía como objetivo, liberar el centro de Castellón del paso de vehículos y sustituir los mecanismos anteriores (los bolardos) que ejercían una función similar durante los años anteriores.
El centro como espacio peatonalizado, para ganar espacio para las personas y obligar a los vehículos a tomar otras vías alternativas en su recorrido por la ciudad.
Si los bolardos presentaban problemas, las cámaras generaron una respuesta inmediata de protestas ciudadanas.
Las denuncias se multiplicaron de tal manera en tan solo unos días, que el concejal de Movilidad en 2021, Jorge Ribes, hubo de paralizar la función penalizadora de las cámaras.
Las señales informativas que alertaban de las cámaras eran insuficientes, no estaban debidamente ubicadas para que los ciudadanos se apercibieran de ellas. Vecinos del centro no lograban tramitar sus pases de accesos. Trabajadores, comercios, servicios, se encontraron, de la noche a la mañana, con motones de procesos administrativos de penalización.
Además de los vecinos, el PP, entonces en la oposición, también levantó la voz de alarma y acusó al equipo de gobierno de haberse convertido en una máquina recaudatoria por medio de las multas.
Las cámaras se apagaron, temporalmente. Se anunció que no se cobrarían las multas ya impuestas o que se devolvería el dinero. Se realizó una campaña informativa, que pudo ser mejor, y más completa… y finalmente volvieron a activarse las cámaras a partir del mes de enero de 2022.
Los Popular, e incluso VOX volvieron a protestar y a acusar al equipo de gobierno y a prometer la paralización de aquellas cámaras recaudadoras…
¡Como sería la cosa!, que el nuevo portavoz de gobierno del equipo actual, Vicent Sales, anunciaba en una de sus primeras comparecencias después de una Junta de Gobierno, que habían tenido que renegociar y ampliar el convenio con Correos (suscrito a través de la Diputación), porque solo el volumen de las multas, que deben notificarse por correo, había multiplicado de tal forma el servicio, que hubo que aprobar un procedimiento extraordinario para pagarles. ¡Más de 65.000 multas!, que se dice pronto.
El caso, es que aquella promesa, tantas veces repetida por par del equipo de gobierno actual, va a tener que esperar.
Según reconocía la alcaldesa, Begoña Carrasco, las cámaras no se han apagado y no se van a desactivar a corto plazo. Funciona el reconocimiento de matrículas, lo que significa que las multas tampoco se han paralizado…
Y las razones apuntadas por la primera autoridad municipal, es que, "si apagan las cámaras, el centro se les llenará de coches".
Carrasco indicaba, que el centro se encontraba inmerso en una Zona de Bajas Emisiones, que de alguna manera obliga a adoptar medidas para el control de los vehículos que acceden al centro y garantizar que este núcleo central sea peatonal.
La alcaldesa insistía en que lla intención es la de apagar las cámaras cuento antes, antes de final de año seguro, y si se pudiera este mismo mes, o que las imágenes se recojan pero no generen multas de forma automática.
¿Alternativas? Siempre las hay, solo que no son inmediatas. Por una parte, se mantiene la iniciativa ya generada por el gobierno anterior, de promocionar y acelerar la creación de parkings disuasorios. Es decir, zonas donde se puedan dejar los coches para acceder al centro mediante transporte urbano.
Una de las formas de evitar las multas, cuando el vehículo ya ha accedido al centro, es estacionar en alguno de los parkings de la ciudad… Claro, eso cuesta dinero. La alcaldesa manifiesta que se negocia con estas empresas de aparcamientos para generar bonos gratuitos que puedan ser dispensados por los comercios del centro; u ofertas de precios reducidos previamente pactados…
El otro problema para potenciar el regreso de los visitantes de los municipios que rodean Castelló, y que han dejado de entrar en la ciudad, será un estudio de movilidad para reorganizar las entradas al centro.
En estos momentos Castelló parece una ciudad donde se invita y facilita la salida para todo el mundo… pero llegar al centro es casi un imposible.
Así es que, de momento, que los conductores nos e confíen ni se equivoquen, las cámaras siguen y multan.
