La pregunta de los vecinos no llegó a ninguna parte porque, como indicó el concejal: “lo siento sé que no es la respuesta que esperabas”
La pregunta de los vecinos de la Marjalería para resolver las inundaciones se quedó en agua de borrajas. En la respuesta del concejal, muchos balones fuera, descubrimientos de última hora, y que la culpa es de Benicàssim para acabar con un “lo siento, sé que no es la respuesta que esperabas”
Los vecinos de la Marjalería de Castelló se dieron cita en la plaza Mayor para reivindicar soluciones a los problemas de las inundaciones en las partidas de Bovar, Senillar y Molinera por la rotura del colector central. Respaldaban, además, a uno de sus representantes que intervenía en el pleno del Ayuntamiento para preguntar precisamente por estas cuestiones.
Y los resultados no fueron nada favorables.
El vecino que había planteado la pregunta fue de los pocos en subir al salón de plenos. El objetivo de la asociación no era el de producir jaleo solo el de obtener respuestas.
De esta forma y tras una sesión solo asequible para políticos, periodistas y forofos imperturbables, se acabó el pleno. Se fueron los técnicos y el vecino de Molinera pudo salir por fin a leer su pregunta.
Ojo, una pregunta que no podía extenderse más de la cuenta, que fue recortada, y que costó Dios y ayuda (perdón por el término coloquial), para que el vecino pudiera ejercer su derecho como participante ciudadano y escaño 28.
Resumir todo lo que se ha padecido en la zona, todos los ruegos, preguntas, recogidas de firmas, solicitud de soluciones, siempre con el silencio como respuesta por parte de la entidad municipal. Las mil y una promesas, los plazos incumplidos… no era tarea fácil. Solo una paciencia infinita podía afrontar aquello sin perder la calma, más aún cuando, en plena temporada de lluvias tienen el miedo metido en el cuerpo, los muebles levantados y duermen con ladrillos debajo de la cama.
Pero lo consiguió, dijo lo que tenía que decir y lo que ha publicado tantas veces este periódico. El colector central está aplastado y denunciado desde 2017. El Coto Arrocero certificó y entró dentro del colector para revisar los daños. Los vecinos han presentado protestas avaladas por cientos de firmas. El Ayuntamiento no ha sido capaz de darles respuesta.
Y las últimas reuniones con la alcaldesa se resolvieron con promesas de afrontar la reparación del colector con un convenio a tres bandas; y con el compromiso de una declaración de emergencia sanitaria. Eso sucedió el 1 de junio. Este fin de semana se cumplirán cuatro meses y de lo dicho, nada.
¿Era o no era para pedir soluciones?
La culpa la tiene el humedal de Benicàssim
La sorpresa vino de la mano de la declaración de Fernando Navarro en el Pleno del ayuntamiento, en respuesta a la pregunta de los vecinos.
Y es que, resulta que, ahora, cuando preparaba este pleno, ha declarado se ha enterado de que uno de los bombeos no funciona porque, a raíz de la declaración del humedal de Benicàssim no lo pueden poner en marcha. Eso significa que parte de las inundaciones que padecen proceden del municipio vecino.
Las aguas que vienen de Benicàssim inundan las zonas de Bovar, Molinera y Senillar… ¡Ojo! que esto y muchas cosas más ya estaban recogidas en las protestas de los vecinos.
Pero, además, y puesto a tirar balones fuera, Navarro afirmó, que no se sabe cómo está el colector central, si está roto por un punto o por varios, en qué estado se encuentra la red de drenaje de la zona del Coto arrocero y cuantas roturas se han producido en la zona y desde cuando…
Este periódico publicó este verano la situación en que se encontraba el Colector Central, los más de 40 kilómetros de colectores que discurren por el subsuelo, y dónde surge el problema fundamental, que es precisamente en este colector.
Y no solo eso, lo afirmado por Castellón Información forma parte de diferentes informes redactados por el Coto Arrocero y remitidos al ayuntamiento de Castelló donde entraron con registro oficial. Los operarios del Coto revisaron el interior del colecto, se adentraron en la tubería, comprobaron su estado y propusieron un proyecto de reparación.
Y ahora resulta que, según el concejal, de todo eso oficialmente no se sabe nada o casi nada.
Más allá, habló de la complejidad jurídica para avalar la obra de reparación el colector, porque desde su departamento se estima que ahora podría no obtener el permiso para hacerlo y que sí se obtuvo en la década de los 70.
Si fuera así, la única alternativa pasaría por el Plan General cuando se desarrolle, la regularización de las viviendas de la Marjalería y los sistemas de Minimización de Impactos.
Y en cuanto a la puesta en marcha de otros motores, de otros sistemas, el ayuntamiento, dice el concejal, con los sistema anti inundaciones de que dispone hay más que suficientes para evitar inundaciones en otros puntos del término municipal.
En resumen y con pocas palabras: ¿Soluciones? ¡ninguna!
La única, que el Coto Arrocero ponga motores de desagüe, que ellos si pueden hacerlo, y si no tienen dinero eso no es problema municipal. O que se agilice la ampliación del depósito de combustible del motor de la Molinera, que entra dentro de las prioridades de la empresa concesionaria, aunque también lleva su tiempo…
O que se cumpla la promesa de que, si llueve, el primer motor que se active sea el de la Molinera y sea también el último que se apague…
Curioso, si se tiene en cuenta que cuando llovió durante los últimos días y se quiso poner en marcha, dicen los vecinos que no arrancaba.
Y mientras todo esto se desarrollaba al final del pleno, el resto del equipo de gobierno agachaba la cabeza o daba la callada por respuesta.
Al finalizar la sesión, el vecino recriminaba a Navarro que no le hubiera dado respuestas.
También comentaba la situación con el concejal de Compromís, porque con las últimas lluvias siguen proliferando los mosquitos.
¿Tienen o no razón los marjaleros para sentirse ninguneados, desatendidos e impotentes?