Peñíscola acogió un buque con más de 600 cruceristas la pasada semana y PortCastelló espera un nuevo barco el 1 de agosto
Castellón empieza a ser atractivo para las navieras. Un hecho que se ve marcado por la cercanía a dos puertos de referencia en el mundo como son Valencia y Barcelona, cuyos impuestos son más elevados que en la provincia. Para 2019 ya se han cerrado seis cruceros, pero podrían ser más. El carácter consumidor del crucerista es lo que se busca en un turista para descentralizar y desestacionalizar el turismo de Castellón.
Rafa Mezquita/Castellón Información
El turismo de Castellón vive su mejor momento en mucho tiempo. Pese a la amenaza de la estacionalidad, el pasado año volvió a ser un año récord para la provincia, con más de ocho millones de pernocataciones y dos millones de visitantes.
Un símbolo de que el sector se recupera tras la crisis, como confirman a este medio fuentes de la patronal hotelera Ashotur, que esperan un verano muy productivo en lo que respecta a las reservas hoteleras. Aún así, la asociación teme por la proliferación de pisos turísticos ilegales en las zonas costeras de la provincia.
Peñíscola, una referencia
Uno de los sectores que más se está afianzando en la provincia es el de los cruceros. Para este verano está prevista la llegada del buque Saga Sapphire al Puerto de Castellón, además del Boudicca, de la compañía Fred Olsen, que atracó hace pocos días en el puerto pesquero de Peñíscola con 618 pasajeros abordo.
La localidad del Baix Maestrat se ha desmarcado como un destino 'de cine' después de las grabaciones de Juego de Tronos en el Castillo y en la fortaleza del municipio.
El tráfico de cruceristas crece en la provincia. Y aún lo hará más a partir del año que viene. Castelló Cruise Club ya ha cerrado seis barcos para el próximo 2019. Un hecho que se ve marcado por la cercanía de Castellón con Valencia y Barcelona, dos de los puertos de referencia para el sector en Europa y el mundo.
La llegada del turista de cruceros a la provincia posibilita grandes oportunidades para el mercado castellonense. Su perfil suele ser extranjero y de alto nivel adquisitivo. Además, destaca por su potencial descentralizador, uno de los talones de Aquiles del turismo en Castellón.