En esta ocasión se trata de una pintura que puede formar parte de la ‘bovedilla’ de la planta noble
La restauración del edificio Consistorial del Ayuntamiento de Castellón ha vuelto a sacar a la luz alguna sorpresa escondida tras el doble techo de escayola. En esta ocasión se trata de la pintura que ilustra, presumiblemente, la bovedilla que cerraba el techo de la planta noble del segundo piso, oculto tras la cubierta de escayola. Una vez más la restauración saca a la luz los antiguos frescos municipales.
Esperanza Molina/ Salomé Amouroux/ Castellón Información
Con la llegada del mes de agosto y el descenso de la actividad municipal, el equipo de Gobierno ha aprovechado para realizar las obras de restauración del interior y la fachada del edificio.
Y mientras los obreros toman posiciones en el edificio Consistorial, se alzan andamios, se toman medidas, se dispone del material y se realizan catas.
Y ha sido precisamente en este proceso, cuando se ha recortado un trozo de la escayola del techo de la tercera planta, que enlaza el antiguo edificio con el añadido que posteriormente se llevó a cabo para incorporar a las instalaciones municipales parte del espacio que hace siglos ocupara el antiguo cementerio de la hoy Plaza del Mercado.
Cuando se realizaron los primeros trabajos de revisión, antes del inicio de las obras, ya se adelantó que en esta parte del edificio podían aparecer restos, partes de la antigua estructura. Se sabía porque esta zona del techo albergaba una instalación eléctrica que iluminaba este entreplanta...
Y hoy, precisamente, una de las catas ha puesto al descubierto una pintura que, presumiblemente se extiende desde la tercera planta, hasta la puerta del salón de plenos.
Una pintura que ilustraría la primitiva bovedilla del techo que, con las sucesivas modernizaciones del edificio, quedó sumergida en el olvido bajo un sobre techo de escayola.
El retazo de la pintura que ha quedado al descubierto, resulta, por lo menos, singular.
Solo se ha cortado un trozo de la escayola, por lo que se ha dejado al descubierto podría ser solo una parte de aquellos diseños que, en otros tiempos, decorarían la parte noble del edificio consistorial, que el año pasado cumplía sus 300 años de historia.
Fue también, en un procedimiento similar, realizado a finales de la década de los 80, cuando se descubrió que en el Salón de Plenos había un fresco pintado en el techo, con una inscripción singular. Un fresco atribuido al Pintor Oliet, el mismo que decorara con sus frescos la fachada de la Lotja del Canen.
En aquel caso, el Ayuntamiento que presidía Daniel Gozalbo optó por restaurar y conservar el fresco que, además de por su simbolismo, representaba una imagen singular de un antiguo Castellón en tiempos remotos.
Ahora, una vez confirmado que el sobre techo de escayola moderno tiene historia por descubrir, habrá que esperar a ver qué dicen los técnicos y qué deciden los políticos.
Habrá que ver cómo se encuentra aquella antigua estructura, si como se cree puede ser la antigua bovedilla, si los dibujos se extienden lo largo de todo el techado de la parte noble, si se conservaron todos y simplemente se cubrieron, o se destrozaron cuando se realizaron las reformas de modernización del edificio.
El dibujo responde a las decoraciones de la época. Y ¡francamente!, resultan curiosas. Tanto como el afán de cada ciclo de la población que tan pronto recupera o imita lo antiguo como opta por una modernidad del momento que esconde todo lo que pueda oler a pasado.