“Los muertos ya no pueden hacer daño pero los vivos contagian y estamos en primera línea”
El sector funerario de Castellón también ha tenido que hacer frente a lo más duro de la pandemia de la Covid. En la primera ola, protestan, “nos incautaron hasta el material de protección que comprábamos”, es esta tercera siguen siendo los grandes olvidados de la guerra. No están incluidos como sector prioritario de las vacunas. Y el contagio está y se nota. “Los muertos ya no pueden hacer daño, pero los vivos contagian y estamos en primera línea”.
Esperanza Molina /Castellón Información
Mientras muchos profesionales que se dedican a la vida son calificados de héroes y se los considera prioritarios en la vacunación anti Covid, hay otro sector directamente afectado por la pandemia, pero nadie les presta atención
Es el sector funerario. Son ellos los que van a recoger los cuerpos de las víctimas mortales del coronavirus, atienden a las familias y los que cierran el círculo vital de la vida y la muerte.
Pero pocos o nadie se percata de que, cuando ocurre lo peor, hay otros trabajadores que también tienen que atender su cometido, ocuparse de los cuerpos, encargarse del duelo, hablar con las familias, preparar los velatorios y, finalmente, disponer las inhumaciones, enterramientos o cremaciones.
En el sector funerario también hay profesionales, pero muchos de ellos están acreditados más por los años o la experiencia que por las titulaciones. Solo se exigen ciertas certificaciones para trabajos muy concretos como el de la tanaxopraxia.
Castellón Información ha estado en contacto con cementerios y funerarias de Castellón. Todos ellos tienen una misma queja: están expuestos a la Covid, pero nadie se acuerda de ellos y el trabajo que realizan también es fundamental, no figuran en ls listas de las vacunaciones.
El sector funerario en la primera ola de Coronavirus
Se va a cumplir un año desde que se reconoció la incidencia del coronavirus y sus consecuencias en la población. Durante la primera ola, el Cementerio de Castellón acordaba un plan de contingencia con el Ayuntamiento de la capital de la Plana. Había miedo a que ocurriera como había pasado en Madrid y se dispusieron medidas de emergencia para hacer frente a lo que podía pasar para poder acoger los cuerpos en condiciones de seguridad sanitaria y de dignidad. Afortunadamente, Castelló no fue Madrid.
Durante aquella primavera mortal, los principales problemas residían en la falta de medios de protección. Faltaban mascarillas, guantes, epis; no se realizaban PCR.
Se incrementaron las defunciones y no había certeza de que pudieran haber estado contagiados o no. Solo cuando se argumentaban los problemas respiratorios como causa de la muerte cundía la sospecha de que también podrían haber sido víctimas de coronavirus
Con la declaración del Estado de alarma el 14 de marzo también se dictaron medidas que afectaban al sector funerario, a las reuniones, a los velatorios. Como se desconocía casi todo de la enfermedad, se llegó a sospechar que los fallecidos pudieran extender el contagio una vez que se enterraban los cuerpos. El número de enterramientos bajó y se multiplicaron las cremaciones.
Es Gobierno se incautó del material de protección de las funerarias
Algunas de las empresas de Castellón consultadas por periódico recordaban la dureza de aquellos días, pero además formulaban serias acusaciones del trato que recibieron por parte del Estado. "El Gobierno se incautó de nuestros equipos, nuestros encargos y nuestras protecciones. Nosotros compramos material de protección, pero cuando llegaban los paquetes, los desviaban y los incautadas. El Gobierno desvió las entregas y se quedó con ello". Y afirman que esta incautación fue gratuita. Ellos pagaron y nunca se les compensó por el material que no llegaron a recibir y ya estaba pagado.
La tercera ola, el incremento de mortandad y la falta de vacunas
Un año después se han vuelto a multiplicar las muertes. Esta tercera ola ha sido nefasta para la población y para el sector. Se han multiplicado las víctimas, los servicios funerarios y, con ello, enterramientos e incineraciones.
Pero los funerarios se quejan. Ahora ya tienen equipos y material de protección. Disponen de herramientas para desinfectar los cuerpos de los fallecidos, pero siguen expuestos. Porque siguen sin ser considerados como un servicio esencial y no son incluidos en las listas de vacunación.
"Los muertos no nos dan miedo, los vivos si"
“Los muertos no nos dan miedo, pero los vivos si. Acudimos a los hospitales donde hay riesgo de contagio para hacernos cargo de los cuerpos. Nadie piensa en que también nosotros podemos contagiarlos”.
Afirman que el certificado de defunción con las causas de la muerte tarda en llegar; hay veces que varios días, “pero nosotros tenemos que realizar el servicio”. Y luego, comentan está también la segunda parte, la de los vivos.
Los procedimientos son personales
Los servicios funerarios tienen un coste y conllevan unos procedimientos. Si la defunción está amparada con algún tipo de seguro, hay que refrendarlo con la familia, comprobar la documentación y verificar qué tipo de servicio quieren. Si no hay seguro, tres cuartas de lo mismo. Y tienen que firmarlo. “Y eso no se puede hacer por teléfono, ni por internet, tienes que contactar personalmente con las familias, en sus domicilios, en la puerta de sus casas, en la calle”. Nunca tienes la certeza de que la familia pueda estar también contagiada, muchas veces es así, o están en cuarentena”.
Luego está el aspecto social, el velatorio y el tratamiento final de los restos. Por reducido que sea el velatorio, se produce concentración de personas o tránsito de familiares. En espacio cerrados no pueden coincidir al mismo tiempo más de seis personas, pero a veces si son muchas más que esas las que transitan por la misma sala para dar el último adiós. “Y tienes que tener conciencia de que tratas con personas, personas que sufren, que necesitan su proceso de duelo”
La Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios (Aesprof), afirmaba que el sector funerario en España se ha visto afectado por los contagios en en un 15% de su plantilla. Las funerarias y servicios de enterramiento contactados por Castellón Información indicaban que no habían padecido estos contagios… pero tenían constancia de que si se había multiplicado la afección en otras empresas del sector.
Vuelven las inhumaciones por la reutilización de espacios
Las empresas facilitaban también otros datos interesantes. Por ejemplo, en el Nuevo Cementerio de Castelló el número de enterramientos se ha equilibrado con el de incineraciones. “las familias que tienen ya una fosa o un nicho aprovechan para poder reutilizarlo”. El incremento de decesos ha obligado a construir un nuevo edificio de nichos junto a la carretera de Borriol.
Las funerarias consultadas no destacaban tanto esta diferencia.
Otro dato destacable, en la percepción de la situación, es que todos ellos, Cementerios y funerarias reconocen que Castellón no ha sufrido tanto en esta tercera ola en comparación con otras zonas de la Comunitat Valencia. Las funerarias han podido hacerse cargo de ese incremento de cuerpos en sus cámaras, y tampoco ha sido necesario disponer de planes de contingencia en cementerios.
Con todo, el problema es el mismo, están doblemente expuestos y las Comunidades Autónomas los olvidan cuando planifican las vacunaciones.
(Imágenes de Tanatorio Magdalena, Ildum y Nuevo Cementerio)