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martes, 11 de febrero de 2025 | Última actualización: 20:27

Los Patriots en España

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En los últimos días hemos visto las calles de Madrid ocupadas por deslumbrantes figuras de la derecha europea. Allí estaban Marine LePen, Orban, Salvini, Wikders, Weber Kicki y muchas estrellas más que vinieron invitadas y presididas por el líder de Vox, Santiago Abascal, miembro del grupo europarlamentario Patriots for Europe (PFE), la tercera fuerza en Bruselas solo por detrás del PP y de la Socialdemocracia.

Habrán observado que desde el principio he calificado a este grupo como de derecha eludiendo los ditirámbicos apelativos de "ultra", "radical" o "extrema", en la convicción de que sí no bajamos el diapasón y desdramatizamos las opiniones, no nos van a salir correctamente las cuentas. Englobaremos los siete grandes grupos del Parlamento Europeo entre la derecha y la izquierda, quedando entre ellas el centro derecha y el centro izquierda.

Si por el contrario seguimos el juego de la izquierda y descalificamos el grupo de Patriots demonizándolo y condenando cualquier alianza con él, la gobernabilidad de la derecha en ciertos países como España quedaría cercenada, sería imposible.

PFE cuenta con nada menos que 84 diputados en Bruselas y no olvidemos que representan tan solo la mitad de esa derecha escindida entre dos liderazgos diversos, el de Wiktor Orban presidente de Hungría y el de Giorgia Meloni, primera Ministra de Italia y líder del movimiento Conservadores y Reformistas para Europa (ECR en siglas inglesas).

Aunque ambos se mueven en un ideario semejante englobado en un slogan tipo americano, MEGA, es decir Make Europe Great Again, calcado de MAGA de Trump, hay ciertas diferencias entre ellos que les mantiene casi empatados en el Parlamento aunque separados por una visión más contemporizadora respecto a Rusia y China, más radical en el problema migratorio, más crítica con la Comisión europea y menos favorable respecto a Ucrania en el flanco de Orban y sus amigos. Por el contrario, el grupo de Meloni es mucho mas europeísta, mas moderado en la visión transatlántica en que la ECR se ve como el mejor aliado de dos líderes clave en América: Trump y Milei.

No hay que olvidar que de los 720 escaños con que cuenta el Parlamento europeo la suma de PFE y ECR alcanzaría 162 con lo que se convertiría en la segunda fuerza parlamentaria solo superada por el PP y rebasando holgadamente a la socialdemocracia.

La fusión de Orban y Meloni no parece inminente. Ambas fuerzas quieren convertirse en las favoritas de Trump y ambas coquetean con él y con Musk, que por el momento se dejan querer sin perder de vista los propios intereses americanos que tras dar algunos sobresaltos iniciales -en Méjico, Canadá, en Groenlandia, en Panamá y en Gaza así como a nivel global con los aranceles- ha rebajado la presión en algunos de ellos dentro de una clara política negociadora en que comienza apostando alto para reducir luego la puja hasta donde sea razonable y necesario.

Es de esperar que con la derecha europea ocurra otro tanto moderando su ideario -en algunos casos lo han hecho ya como en la Agrupación Nacional de LePen respecto al Frente Nacional de su padre Jean Marie. Lo mismo ha ocurrido en Polonia y en Italia cuyos líderes son claramente cortejados militar y políticamente, desde los cuatro rincones de Occidente.