Begoña Carrasco García. Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón y Presidenta del PP de Castellón de la Plana
Mucho se está hablando del lío monumental que se ha armado en la ciudad de Castellón en torno a la reforma de la Pérgola. Primero fue sí, pero acabó siendo no. Un proyecto que la alcaldesa Amparo Marco ha vendido a bombo y platillo, y que ahora, después de estar adjudicado, no puede seguir adelante porque la propuesta que plantea atenta directamente contra la protección de un Bien de Interés Cultural (BIC) como es el Parque Ribalta. Era algo que todos los castellonenses sabían, porque hay una ley del año 2008 que establece muy claramente qué se puede hacer y qué no en el parque de estilo romántico.
Pero el problema, sin ser para nada pequeño, no es solo esto. El problema es el empeño de la alcaldesa de Castellón en ejecutar obras millonarias, que nadie ha pedido y que no son necesarias ahora mismo. Los ejemplos se multiplican: la peatonalización de la avenida Lidón, la reforma y peatonalización de la plaza La Paz, la Pérgola, el derribo de la cruz… ¿De verdad el gobierno de PSOE, Compromís y Podemos no tiene otras prioridades ahora mismo?
Los precios están disparados. En lo que llevamos de año, los castellonenses somos ahora mismo un 12% más pobres por la inflación tan desbocada que tenemos en España, lo que hace más difícil llenar la nevera, pagar los recibos de la luz y el gas o llenar el depósito de gasolina. Hoy es más difícil que nunca que las familias puedan llegar a final de mes. Por eso es tan importante bajar los impuestos. Es el momento y es posible.
Pero por eso es tan importante también hacer un buen uso de los recursos económicos que hay disponibles. Levantar las aceras de la avenida Lidón, una de las más nuevas de Castellón, por capricho, con un coste de 3,3 millones de euros, es un crimen, y más cuando en esta ciudad hay muchos barrios donde no tienen aceras. O cuando los caminos del término municipal están llenos de baches y socavones después de tantos años sin mantenimiento. ¿No estaría mejor destinar el dinero de la avenida Lidón a reformar el Mercado Central, que tanta falta de mejora tiene? ¿O no se podría destinar este dinero a adecentar el Mercado de Abastos, que lleva años de dejadez por parte del gobierno municipal? ¿Por qué no se dedican estos recursos a hacer una nueva biblioteca pública, ya que la que ahora existe es insuficiente para atender las demandas de los castellonenses?
La alcaldesa de Castellón usa siempre la expresión “estamos transformando Castellón”. El problema es a qué precio es esa transformación. Se puede transformar para bien… o para mal. Y el impacto negativo de algunas de sus iniciativas, de momento, ya se siente para mal, como ocurre con las colas monumentales que se montan en la calle Rafalafena por el corte de la avenida Lidón, que se suman a la pérdida de puestos de aparcamiento. ¿Este es el concepto de transformación que tiene este gobierno? ¿Transformar Castellón es adjudicar el proyecto de la reforma de la Pérgola sin todos los informes consultivos precios hechos, de manera que ahora habrá que indemnizar a la firma adjudicataria por daños y perjuicios?
Tenemos un equipo de gobierno que construye la casa por el tejado. Primero aprueba la idea y luego trata de convencer a los castellonenses de que la necesitan y de que les conviene. Pero no, lo pinten como lo pinten, no les conviene. El gobierno del Acord de Fadrell está agotado, y los castellonenses no pueden seguir pagando sus platos rotos.