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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 22:28

Los pozos del Castor se sellarán definitivamente tras aprobarse su impacto ambiental

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Con el fin de evitar el riesgo de movimientos sísmicos el proyecto contempla minimizar la inyección de fluidos en el interior del yacimiento

El objeto del proyecto es el sellado y abandono definitivo de los 13 pozos del almacenamiento subterráneo de gas natural Castor, para dar cumplimiento a la Resolución de 6 de noviembre de 2019, de la Secretaría de Estado de Energía, por la que se publica el Acuerdo del Consejo de Ministros de 31 de octubre de 2019, con el que se pone término a la hibernación de las instalaciones del almacenamiento subterráneo Castor, acordando su desmantelamiento y se ordena el sellado y abandono definitivo de los pozos. Los trabajos a realizar constituyen la primera fase del desmantelamiento.

La Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental ha emitido la declaración de impacto ambiental del proyecto de sellado y abandono definitivo de los pozos del almacén submarino de gas Castor, situados frente la costa de Vinaròs, tal como recoge el Boletín Oficial del Estado de ayer lunes.

Con el abandono definitivo de los pozos se pretende garantizar el aislamiento de todas las formaciones con capacidad de fluir, contengan o no hidrocarburos, restableciendo la estanqueidad del sello de cada formación mediante la instalación de barreras permanentes (tapones de cemento), cuya efectividad será verificada, según se recoge en el BOE.

La plataforma marina del almacenamiento subterráneo de gas natural Castor se localiza en la plataforma continental, en un área del mar Balear con una lámina de agua de 60 metros de profundidad frente la costa de Vinarós.   

Este almacén subterráneo deriva de un antiguo campo petrolífero llamado Amposta.

Las cabezas de los pozos se localizan en el módulo plataforma de pozos de la plataforma Castor, que ocupa una superficie de unos 94 m2. De los 13 pozos objeto del proyecto, 8 son pozos de operación (para inyectar y extraer gas), 4 son pozos de monitorización y 1 se destina a la reinyección de agua del proceso.

El sellado de los 13 pozos

Estos 13 pozos permanecen suspendidos de manera temporal desde abril de 2016, mediante tapones expandibles por encima de la válvula de seguridad de fondo de pozo.

Esta resolución se detalla que las operaciones de sellado y abandono definitivo de los pozos se ejecutarán desde una unidad de operación (Jackup MODU) que dispone de los recursos necesarios para ello. Por ello, el proyecto comprende 3 fases principales.

La primera consiste en la movilización de equipos y personal y aproximación y posicionamiento de la Jackup MODU con ayuda de embarcaciones remolcadoras. Se anclará al fondo marino junto a la plataforma Castor mediante hincado de tres patas metálicas auto-elevables y cuatro anclas.

La segunda consiste en la retirada de los tapones superiores temporales existentes; operaciones de limpieza del fluido detectado en 2015 que impregna las paredes interiores de los pozos para asegurar la adherencia del cemento; instalación de tapones mecánicos, cementación y recuperación de las tuberías de pozo y de revestimiento.

Mientras que la tercera fase consistirá en la retirada de las tuberías que conectan las cabezas de pozos con el fondo marino, comprobando su estado mediante un vehículo operado de manera remota (ROV), y de las cabezas de pozo instaladas en la plataforma de pozos, y desmovilización de la Jackup MODU, de equipos y de personal.

En total se instalarán 37 tapones en los 13 pozos, 22 de ellos se colocarán usando perforación mecánica y 15 usando la técnica PWC con detonaciones, para lo que se estima que se utilizará una cantidad total neta de explosivo de 1.939,62 KILOS. El tiempo estimado entre detonaciones varía entre 6 y 14 días. Tendrán lugar a una profundidad aproximada de entre 245 m y 290 m para los tapones más someros y de entre 1.030 y 1.930 metros para los más profundos.

Por otro lado, y con el fin de evitar el riesgo de movimientos sísmicos, el proyecto contempla minimizar la inyección de fluidos en el interior del yacimiento en caso de que se requiera una limpieza previa para la instalación del tapón de fondo. También habrá un monitoreo continuo de la presión y establece un protocolo de actuación, en colaboración con el Instituto Geográfico Nacional.