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jueves, 21 de noviembre de 2024 | Última actualización: 15:15

Los terrarios vuelven a los colegios para sustituir el hormigón: niños más sanos… pero ¡mucho más sucios!

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Cinco colegios de Castellón han solicitado esta medida dentro de los presupuestos participativos, la modernidad se viste de tierra

Los terrarios vuelven a los colegios a las zonas de juego de los niños de Infantil. Esta ha sido una de las medidas en las que ha trabajado el Ayuntamiento, tras ser aprobada en los Presupuestos Participativos. Cinco colegios de Castellón se han apuntado a la iniciativa, posiblemente tendrán niños más felices, aunque algo más sucios… y es que la modernidad se viste de tierra.. ¡como lo fue hace años!

EM/SB/Castellón Información

Colegio Isabel Ferrer (6)

Los vecinos del entorno del Colegio Isabel Ferrer miraban con curiosidad las últimas reformas realizadas por el Ayuntamiento de Castellón en el patio del colegio… La vuelta al cole ‘en puertas’ y las máquinas arrancaban el cemento en algunas zonas del patio y generaban grandes agujeros y, a su vez grandes montones de tierra…

Colegio Isabel Ferrer (6)C

Como la picaresca popular es tan avispada, no faltaron quienes comentaron en tono de broma: ¡Pero que pasa al pati, ni que hubieran tirado una bomba!!!

¡Claro!, todo eso, a pocos días de que comiencen las clases, de que los peques vuelvan al cole, y con una amenaza de ‘gota fría’ (que ahora también ha cambiado su nombre por ‘Dana’), para el fin de semana

¡Pues no!, ni el Ayuntamiento se ha vuelto loco, ni se ha tirado una bomba, ni se está buscando un tesoro escondido…

¡Todo lo contrario!, la actividad municipal respondía a la demanda realizada por varios colegios y padres a través de los Presupuestos Participativos, en los que los vecinos deciden en que quieren que se inviertan sus dineros.

Colegio Isabel Ferrer (2)C

Cinco colegios de Castellón se han sumado a la iniciativa propuesta, para sustituir parcelas de hormigón en los patios, por terrarios para que los más pequeños, los niños de 3 a 6 años puedan jugar en un suelo mucho más blando y plástico…

Y así lo explicaban por la mañana en el Ayuntamiento fuentes cercanas a la Concejalía de Educación… “¡es imposible que los padres no lo sepan, porque lo pidieron y se aprobó en los presupuestos participativos!”

Y además, las máquinas también han trabajado a toda velocidad y, de hecho, el socavón ya está cubierto de tierra y el patio vuelve a tener una forma aceptable… pero distinta… ¡Mas a la antigua!, que dirían algunos ex escolares, que tuvieron la fortuna de estudiar allí hace varias décadas: “Eso ya lo había cuando yo era pequeña… ¡y jugábamos a buscar lombrices!”

Pues si, los colegios o, al menos esos cinco colegios, recuperarán el sabor de antiguas infancias… otra cosa será la cara que puedan poner los padres cuando vayan a recoger a sus niños felices después del cole… completamente ‘aterrados’ (de tierra- 3ª acepción RAE)).

Lo curioso de todo esto, como dirían nuestros mayores es: ¡Como han cambiado los tiempos!.

Hubo una época, y no hace tanto, quizá ni siquiera tres décadas, en que la modernidad y el progreso de los colegios y centros educativos se medía por el hormigonado de las áreas del patio, para que los niños pudieran jugar… Un patio con tierra demostraba poca inversión y tal vez dejadez municipal…

Ocurría también con otras cosas… por ejemplo, con el alumbrado. La eficacia municipal, el progreso y la seguridad ciudadana se medía por el número de luminarias encendidas en las calles y por la intensidad de luz conseguida… Por lo tanto, instalar más alumbrado generaba mayor contento entre los vecinos y, a su vez, una valoración más positiva de sus dirigentes, que lo anunciaban a bombo y platillo.

¡Como sería la cosa!, que la mayor parte de las carreteras del entorno de Castellón y otros municipios de la provincia están llenas de luminarias… farolas que se alzan al cielo y que ahora… ni se encienden.

Por cierto, y solo a modo de curiosidad, aquella manía de iluminar de entonces también se ha denominado posteriormente contaminación acústica… ciudades de todo el mundo competían, incluso, porque su iluminación se viera desde el cielo cuando se tomaban imágenes del globo terráqueo… y Bruselas se llevaba la palma; la ciudad, llena de oficinas, tenía la consigna de dejar las luminarias encendidas durante la noche para mantener la leyenda lumínica de ser la ciudad de la luz.