La colonia del lago del Parque tiene 19 ejemplares entre híbridos, domésticos y salvajes
“Un pato no es un juguete”, así lo reclaman los vecinos del Peri 18, que han denunciado las continuas agresiones que sufren estos animales que viven en el lago del parque. En la actualidad hay 19 ejemplares, unos domésticos, otros salvajes, y el resto híbridos. Algunos han aparecido muertos y no son raras las agresiones. ¿Puede una ciudad convivir con la naturaleza o hay que crear reservas para salvarles la vida?
Castellón Información
Seguro que muchos recordarán cómo era la zona sureste de Castellón llena de naranjos donde hoy se alza el Peri 18. Como también otros muchos recordarán aquello del ‘patito’ de colores, naranja, amarillo, rosa, que se compraba a los niños porque hacían gracia; el problema es que aquellos patitos crecían y se hacían adultos… “Un pato, no es un juguete”, es un ser vivo, y así lo reclaman los vecinos.
Hoy, el Parque del Peri 18, en su estanque, alberga hasta 19 patos (se han llegado a contabilizar hasta 28). Unos son patos salvajes, de color pardo, que llegan a la zona como aves migratorias procedentes de otras latitudes. Otros son patos domésticos, de color blanco, muchos de ellos de procedencia desconocida, aunque hay quien reconoce que, cuando el patito amarillo creció, consideró que dejarlo en el parque era hacerle un favor. Y también hay patos híbridos, por el cruce de unos y otros.
Dicho así, el relato no deja de tener un toque romántico, la ciudad se expande conserva la naturaleza… Pero la realidad es que eso no es cierto. Los patos aparecen muertos, son perseguidos por niños y no tan niños; a veces son los perros que se sacan a pasear por la zona los que los cazan; otras, son objeto de juegos, burlas y pedradas, e incluso los hay que los agarran del cuello o tiran petardos al estanque... Una imagen que desmiente por si misma la historia de la ciudad civilizada.
Estos días ha vuelto a suceder más de lo mismo. No es nuevo, pero ha vuelto a pasar. Un pato ensangrentado, que podría haber sido perseguido por un perro… otro muerto sin que se conozcan las causas… Las escenas del comportamiento incívico se repiten.
Los vecinos llevan años reclamando la atención del Ayuntamiento. Hay que hacer algo Pero ¿qué?
Cuentan los vecinos que hay un cartel en el que se pide que no se alimente a los animales, el Ayuntamiento lo hace. Como la pescadilla que se muerde la cola, el tema de los patos sigue dando vueltas. El Ayuntamiento los alimenta… pero ¿Quién los cuida? ¿qué control se aplica a la población de patos? ¿Quién vigila para que se respete el hábitat de los animales y controla que no sufran ataques?
Hay quién apuesta por sacar a los patos del lago, realojarlos en un espacio natural para ellos donde puedan vivir sin persecuciones o agresiones. También ha habido apuestas por poder protegerlos de otra forma, o de crear aulas de naturaleza con los colegios de la zona, para aprovechar la oportunidad y educar sobre los valores de la naturaleza.
De momento no hay soluciones. Los vecinos han registrado sus quejas en el Ayuntamiento y esperan poderse reunir con el vicealcalde Ignasi Garcia, quien ya les ha indicado que van a tratar sus reclamaciones.
“Un pato no es un juguete”, y ejercer vandalismo sobre los animales no debe ser propio de personas.