Piden a la alcaldesa que pare el proyecto porque están en contra de que se cierre el tráfico y se eliminen aparcamientos
Más de un centenar de vecinos se han manifestado en contra de la remodelación proyectada en la avenida de Lidón. Una vez más han pedido a la alcaldesa que paralice el proyecto cofinanciado por fondos europeos. Están en contra de que se cierre al tráfico la mayor parte de la avenida y de que se supriman los aparcamientos.
Esperanza Molina/ Castellón Información
Muchas expectativas habían levantado la convocatoria de una gran manifestación para protestar por el proyecto de reforma de la avenida de Lidón que quiere realizar el Ayuntamiento con la cofinanciación de fondos europeos.
Tantas, que al principio había más policías que manifestantes. Los agentes de la Policía Local fueron casi los primeros en llegar al punto de la concentración, delante del Colegio de la Consolación. Una zona completamente afectada por esta reforma y donde la mayor parte de ventanas están decoradas con manifiestos contra las reformas.
Pero la participación se resistía y al principio parecía más la ‘manifestación del 600’ (&), que la gran revolución ciudadana que habían esperado conseguir las asociaciones convocantes.
“No es una buena hora”, comentaban pesimistas algunos vecinos, “hay mucha gente que trabaja y habría que haber convocado a partir de las ocho de la tarde”.
Los asistentes apenas llegaban al medio centenar. Los agentes de la Policía Local preguntaban cuándo comenzaba el recorrido. Tenían la obligación de garantizar la seguridad de los manifestantes y de regular el tráfico durante el recorrido concertado, entre la Consolación y María Agustina.
Algunos vecinos renuentes esperaban en los alrededores reacios a integrarse en el grupo. Aguardaban a ver si aquello funcionaba o no, indecisos. Por otra parte, otros manifestantes acordaban que la queja debía ser lo más respetuosa posible. Manifestarse si, pero sin violencia ni insultos.
Pasaban ya de las 18:30 horas, cuando por fin los vecinos comenzaron a desfilar por la avenida de Lidón, con mascarillas, y con distancias de seguridad que se mantuvieron en todo momento.
Una vez arrancó la comitiva comenzaron a sonar los pitidos y las bocinas. Fue entonces cuando muchos comerciantes se asomaron también a la calle, y cuando poco a poco se fueron incorporando otras personas. Entre ellos, José Luís Gimeno, ex alcalde de Castellón.
De esta manera, y de forma completamente pacífica, la manifestación llegó a María Agustina. Pero querían más. Para entonces casi llegaban al centenar. Los agentes de policía hubieron de solicitar permisos, lo acordado es que la protesta acabara allí.
Y así, los manifestantes prolongaron su queja y dieron la vuelta a la plaza María Agustina para concentrarse delante de la subdelegación del Gobierno mientras los agentes cortaban el tráfico.
Animados con sus consignas, los manifestantes hicieron sonar silbatos y gritaron sus consignas “No a la reforma de lidón”, “salvemos Lidón”. Tampoco esta vez estaban dispuestos a volver a casa ni dieron por finalizada la protesta. Envalentonados, propusieron llegar hasta el ayuntamiento.
De nuevo tuvieron que dialogar con los agentes y estos que comunicarse con sus superiores. Y finalmente se llegó a un principio de acuerdo, ya no se cortaría el tráfico, los manifestantes podrían continuar por la calle Mayor, pero por las aceras.
De esta forma, el grito de los vecinos se extendió por la calle Mayor hasta entrar por Arcipreste Balaguer a la plaza Mayor. Para entonces, ya eran más de cien y se sentían contentos. No había sido una manifestación tan masiva como esperaban, pero habían hecho ruido.
En la plaza Mayor volvieron a gritar sus consignas y solicitaron la dimisión de Amparo Marco. El edificio consistorial estaba vacío. Y si no lo estaba, no aparentaba otra cosa.
Pasaban las 19:30 horas cuando la presidenta de la Asociación de Rafalafena emplazó a los manifestantes a repetir estas protestas de forma periódica. Mantendrán sus concentraciones frente al Ayuntamiento todos los jueves por la mañana, pero, además, se manifestarán por las calles de Castellón esos mismos días por la tarde. “Por lo menos tendrán que escucharnos, a ver si se cansan”.