Un día más ha contado con la inestimable colaboración de Tortell Poltrona como presentador estelar, desde las 16.30 horas de la tarde.
Gemma Teodoro Baldó
Magdalena Circus ha llegado a su última actuación magdalenera con la máxima calidad del arte en la calle, que tantos adeptos está ganando en los últimos tiempos en la provincia. Así, un día más ha contado con la inestimable colaboración de Tortell Poltrona como presentador estelar, desde las 16.30 horas de la tarde. Javi Javichi con su velo con Rayo han seguido inmediatamente, dejando a grandes y pequeños con los ojos bien abiertos. Aproximadamente una hora más tarde ha llegado al fin el Eclipse, que aún no se había dejado ver estos días. La despedida definitva, al igual que la presentación, ha sido a cargo de Tortell Poltrona, con su mítico Post Clàssic. Y, como siempre, el público se ha quedado con ganas de más espectáculo con circo de primera calidad. Y es que las palabras se quedan cortas para expresar los sentimientos que consigue transmitir Poltrona.
Su actuación ya lo decía con el título: circo clásico para todos. Tanto las melodías que lo acompañado durante cerca de una hora no dejaban de recordarnos al arte de los Hermanos Max, El Gordo y El Flaco, o el mismísimo Charles Chaplin en su papel de Charlot. Ese circo que funciona a la perfección con algunos elementos caseros y mucha imaginación, toma de base las características de aquel humor de principios del siglo pasado, en el que la inocencia seguía cubriendo la picardía de estos actos. Al final, siguiendo la estela de los grandes maestros de este tipo de comedia, Poltrona ha interactuado con sus mejores amigos: los niños.
Tras el fuerte viento y la lluvia de ayer a última hora de la tarde, la climatología le ha ofrecido la revancha a Magdalena Circus, y ha sido posible disfrutar por tercer día consecutivo de esta última edición. El último número era el más esperado por todos, y, para los más pequeños será de aquellas experiencias que quedan en los recuerdos más especiales de la infancia. No en vano, a medida que han ido avanzando los pasos de su actuación, más y más niños han ido bajando las escaleras para tomar asiento en el suelo y ver de cerca al maestro compositor de alegrías y poder interactuar con él.
Circo de calle
Los circos de este tipo, con teatro de calle, están ganando adeptos convencidos. Y es que es fácil rendirse ante artistas de primera calidad, que son reconocidos internacionalmente. No en vano, esta actuación ha sido recientemente reconocida con el Premio Nacional de Circo. Así, personajes como los clowns, que son los payasos del ayer, le dan una vuelta de tuerca a este tipo de espectáculos, que siempre dejan con ganas de más luces, equilibrios, y sensaciones a flor de piel. El circo deja así de estar bajo una carpa con animales, y pasa a estar al aire libre, acercándole las estrellas, la luna y los rayos del sol, a sus espectadores.