Por principio, rechazo las dictaduras, de izquierda y de derecha. Un dictador no deja de serlo por 'muy buenas intenciones que las que presuma'. Es un enemigo de la soberanía popular, del estado de derecho, y de la Constitución que nos hace iguales a todos los españoles.
Me ha venido a la cabeza una canción que expresa, mejor que yo, lo que siento. Una canción cuya letra es de Carlos Taboada, musicalizada e interpretada por la cantautora valenciana Ana María Drack.
Si, en aquel momento era una canción de izquierdas: 'Manual para un dictador'. Hoy me resulta de rigurosa actualidad... porque yo... como dijo la política madrileña', comparto sus palabras: "me gusta la fruta"
"Cada veinte palabras, como mucho,
pronuncia en tus discursos la palabra "pueblo"
como si esa palabra fuera tuya,
de nadie más que tuya, tuya para el resto.
Cada cinco minutos, como mucho,
derrama alguna lágrima por los obreros
y levanta en tus brazos a un chiquillo
y bésalo en la frente como un tipo bueno.
Cada vez que sonrías, tu sonrisa será
la de un galán, pero cuidado, atento,
no abras mucho la boca por si acaso
no sea que te asomen los colmillos de perro.
Y al poder, al poder, a inflarse de poder,
y a olvidar las cosas que decías hasta ayer,
al poder, al poder, a inflarse de mandar
y a matar, y a matar a todo el que no quiera obedecer
Cada vez que vomites tus discursos
prométele a los pobres que, de ser Gobierno
nunca más tendrán hambre, pero nunca,
se lo juro por ésta, que me caiga muerto.
Aunque luego te cases con el dólar,
reniega de los yanquis, que eso siempre es bueno,
y aunque luego navegues por el vodka,
rechaza por ahora un alcohol tan recio.
Y sonríe, sonríe dulcemente,
sonríe como un ángel, como un ángel bueno,
sin mostrar demasiado las encías
no sea que te vendan los colmillos de perro.
Y al poder, al poder, a inflarse de poder,
y a olvidar las cosas que decías hasta ayer,
al poder, al poder, a inflarse de mandar
y a matar, y a matar a todo el que no quiera obedecer.
Aunque luego ejercer la dictadura
te guste y te apetezca más que un caramelo,
tú dirás que "lo tuyo" será breve,
y luego, pues te quedas justo hasta tu entierro.
Y organiza un follón de antología,
con hambre, con torturas y estudiantes presos,
y, al morir, pensarás cínicamente:
"Adiós inocentones, ahí os queda eso".
Y sonríe, sonríe dulcemente,
sonríe como un ángel, como un ángel bueno,
pero no abras la boca demasiado
por eso que te dije de los dientes de perro.
Y al poder, al poder, a inflarse de poder,
y a olvidar las cosas que decías hasta ayer,
al poder, al poder, a inflarse de mandar
y a matar, y a matar a todo el que no quiera obedecer".
Carlos Rodolfo Taboada musicado por Ana María Drack 1978