Luis Andrés Cisneros.
La frase que da título a este artículo era de uso común en los patios de los colegios de España. ¡Cuántos recuerdos nos traen a gente de cierta edad! Cualquier carrera entre niños, en el patio, que se preciara, empezaba con esa expresión que te invitaba a correr más que nadie e intentar no llegar descolgado.
Ahora bien, si llegabas el último, no pasaba absolutamente nada, ni te sentías vejado, ni maltratado, ni humillado, ni tu vida se veía convulsionada por ese epíteto, a los dos minutos ya se había olvidado y todo seguía su curso habitual.
Posteriormente, esa palabra, empezó a ser utilizada por la corrección política como sinónimo de algo malo (o sea, facha, franquista, heteropatriarcal, homófobo….) y se fue cambiando a homosexual o el término anglófono gay. Curiosamente esta acepción, hasta los años 70, significaba ‘alegre’ o ’divertido’ aunque y en la época victoriana, se aplicaba a los hombres que ejercían la prostitución homosexual.
Pero, en fin, no hemos venido a hacer una investigación semántica sobre el lenguaje, sino, más bien, a constatar cómo, en un segundo de tiempo, la acepción de una palabra puede cambiar de forma radical.
Como todo el mundo sabrá, la Notario Mayor del Reino, Dolores Delgado, en una comida o cena con condenados e investigados (Garzón, Villarejo y otros policías), además de conspirar o delinquir con todos esos poco recomendables individuos, se permitió decir la frase: ‘Ese es Maricón’, refiriéndose al que entonces era su jefe en la Audiencia Nacional y hoy su compañero de gabinete Grande-Marlaska.
No es de recibo que una, entonces subordinada del referido, le espete lo de Maricón, sobre todo tratándose de gente inmersa en la corrección política y lo buenísimo. Si eso mismo lo hubiera pronunciado cualquier personaje perteneciente a un partido de centro y ya no digo de derecha, se hubiera asistido a un linchamiento público, en horario de máxima audiencia, y en todas las televisiones del régimen (TVE, Antena3, Tele5, etc.), además de haber lanzado a la calle a una turba incontrolada de femimarxistas, LGTBIXYZ, Observatorios de Violencia de Género y hasta incluso los antitaurinos. Los independentistas ya salen por sí solos.
Pero con ser curioso todo esto, no lo es menos la reacción del Ministro del Interior que, en vez de sentirse ofendido o insultado, sale diciendo ‘no me he sentido ofendido, no ofenden las palabras, ofenden los hechos’. Pues nada, hombre, a partir de ahora, cualquier insulto, o palabra malsonante será considerada como una más, sin ninguna connotación negativa. O sea, volver a decir ‘Maricón el último’ será tan normal como decir ‘Buenos días’.
Claro esto se puede hacer extensivo a cualquier aspecto de la vida. Por ejemplo, si el Astronauta dice que él no ha defraudado a Hacienda, pues nada a defraudar todos ‘Maricón el último que no defraude’.
El Okupa de La Moncloa miente descaradamente con el libro de su tesis, pues nada hombre, a seguir ‘Maricón el último que no haga una tesis más falsa que un billete de 35€’
Hay que seguir con reuniones de jueces, fiscales y policías corruptos para que sigan robando a manos llenas. Pues claro ‘Maricón el último que no monte negocios delictivos para esquilmar al ciudadano’
Claro, nos cabe otra pregunta, ¿dónde queda el delito de odio si las palabras no ofenden? ¿Amenazar de muerte a una persona, mientras no se lleve a cabo, no es delito ni ofende? ¿Anunciar a bombo y platillo que se va a dar un golpe de estado, si no se hace, no es delito?
Hasta aquí hemos llegado. Hemos llegado al punto de que sólo los componentes del renacido Frente Popular, tienen patente de corso. Sólo ellos tienen la potestad de decir lo que está bien y lo que está mal. Hasta el lenguaje les pertenece,
Se han encontrado con un partido como el PP que ha mirado para otro lado y que ha tragado con todo lo que les han obligado. Ellos también se han apuntado al ‘Maricón el último que no se apunte a lo políticamente correcto’
Desde esas siglas, han agotado todos los Dodotis de España. Sin ir más lejos aquí, en la Región Valenciana, han hecho la misma dejación de funciones que en el resto del país. Para ellos sólo valía la economía, pero la batalla de las ideas y de los valores hace tanto tiempo que la olvidaron que ni se acuerdan de qué es eso.
Pero no acaba aquí la Historia, el acomplejado Ministro del Interior, a preguntas de un senador de ERC que le interpela con el consiguiente lazo amarillo bien visible, sobre los actos fascistas de la extrema derecha en Valencia el pasado año, el Maricón (según la Sra. Delgado) le responde hablando sobre País Valenciano y diciendo que cada uno puede nombrar las cosas como le de la gana. De nota. ‘Maricón el último que ponga un poco de cordura a este país’ En esta dirección de YouTube pueden ver esta perla dialéctica: https://www.youtube.com/watch?v=wuczwBXO_AU&feature=share.
Les puedo asegurar que, si las Autonomías no existiesen este problema no hubiera existido nunca. Hemos pasado de ser un país feliz, unido, alegre, trabajador y envidiado, a ser el hazmerreír del mundo. De tener una de las Historias mas envidiadas del Universo a estar al borde de la desaparición. Y lo más triste es que no son los de fuera los que nos quieren romper, son una serie de individuos que su único interés es no ser ‘Maricón el último’.
El 7 de octubre VOX ha convocado un gran acto en el Palacio de Vistalegre en Madrid, con el objetivo de reclamar la convocatoria de elecciones y que no nos mientan ni nos engañen más. Allí se expondrán las líneas maestras que se marcarán para el futuro de nuestras familias y nuestros hijos y descendientes.
Para ello es necesario que lo que ha quedado demostrado que ha sido un germen de odio y división entre españoles, el fracasado Estado de las Autonomías, desaparezca de una vez por todas, aunque eso no quieran ni verlo los partidos políticos
Y, como siempre, y más en los tiempos que corren mi despedida es...
Recuperemos las competencias y ¡¡VIVA ESPAÑA!!