Marta Barrachina. Alcaldesa de Vall d’Alba. Diputada provincial i Presidenta provincial del PP de Castellón
La nueva ocurrencia de Ximo Puig va a dañar gravemente el presente y el futuro del sector turístico castellonense y, por lo tanto, va a afectar al mantenimiento y a la creación de puestos de trabajo. Y es que el Molt Honorable ha tenido la 'genial idea' de crear una tasa para todos aquellos que vengan de fuera de la Comunitat Valenciana a disfrutar de los encantos de nuestro litoral y también de nuestras comarcas del interior. O sea, todos aquellos que se hospeden en alguno de los establecimientos hoteleros de la provincia tendrán que pagar un nuevo impuesto… Un sobrecoste político, como el que todos los días paga Ximo Puig a Compromís y a Podemos para mantener su coche oficial.
Imponer una tasa turística es la mejor fórmula posible para disuadir a los visitantes de recalar en nuestra tierra y, por extensión, arruinar todas las posibilidades de recuperación y crecimiento para las empresas que, de manera directa o indirecta, están vinculadas al turismo. El sector turístico castellonense no necesita encontrarse con más piedras en el camino, sino contar con un marco legal que le permita salir del pozo oscuro al que lo ha empujado tanto el Covid como la nefasta gestión de la pandemia que ha llevado a cabo la Generalitat Valenciana.
El sector turístico, ya no solo de la provincia de Castellón, sino en toda la Comunitat Valenciana, necesita que la Generalitat Valenciana ponga en marcha un plan estratégico que sea el resultado de un proceso de escucha activa mediante el cual se puedan diseñar acciones urgentes y eficaces que permitan recuperar el pulso al que, junto a la cerámica, es uno de los pilares económico de nuestra economía y que hoy, lamentablemente, mantiene al 50% de sus plantillas en ERTE.
En la actual edición de la feria Fitur, que mañana, domingo 23 de enero, llegará a su fin, se ha vuelto a demostrar que nuestra provincia tiene los elementos necesarios para convertirse en uno de los destinos más importantes de la geografía española. Y es que Castellón tiene naturaleza y playas, patrimonio, oferta cultural y gastronómica. Y solo necesita un plan ambicioso que reivindique estas fortalezas, que ponga en valor costa e interior con planes eficaces y prácticos, y defienda experiencias de éxito como Castellón Sénior para ambicionar nuevos mercados de la mano de los profesionales.
Por eso desde el PP defendemos la adopción de una batería de acciones útiles que deben ir desde la inversión en municipios de interior para rehabilitar viviendas y dar una nueva oportunidad a inmuebles que pueden ser aprovechados como casas rurales, hasta defender la conexión con vuelos internacionales que Castellón ofrece a través del aeropuerto. Porque todas estas medidas, desde las más sencillas a las más ambiciosas, suman. Y de eso se trata, de sumar en lugar de recortar.
