Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
En una semana plagada de acontecimientos futbolísticos de primer orden europeo, quiero recordar y honrar la excelente actuación de uno de los personajes más insultado y maltratado de este deporte:
El árbitro
Y como me viene como anillo al dedo, en este caso ensalzare el arbitraje de Antonio Mateu Lahoz en la final de Champions entre el Manchester City y el Chelsea.
La UEFA, en reconocimiento a su indudable calidad y por estar considerado como uno de los mejores (por no decir el mejor) árbitros europeos del momento, tuvo a bien designarle y el correspondió con una actuación impecable, de principio a fin.
Con trece temporadas consecutivas dirigiendo partidos de Primera División y diez de ellas con la escarapela de Árbitro Internacional y habiendo sido elegido como representante del futbol español en varios mundiales y europeos en categorías juveniles, también nos ha representado tanto en Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro como en el Mundial de Futbol de Rusia.
De su actuación el sábado día 29 de Mayo en Oporto, lo mejor que se puede decir, es que pasó tan desapercibido, que seguramente ningún aficionado que no fuera español e incluso muchos españoles, ni se habrán enterado de quien pitó ese partido.
Tiene siempre un talante didáctico, dialogante y amistoso para explicar a los jugadores que se lo piden, los motivos de sus decisiones y es curioso que desde la implantación del VAR, no recuerdo ninguna decisión grave suya, que le haya sido revocada por sus compañeros de la sala de revisión.
Nunca se le ve un mal gesto autoritario o despectivo con los jugadores ni con los entrenadores de los equipos contendientes por conflictivos que sean, aunque cuando tiene que sacarles tarjetas suele hacerlo sin ningún problema.
Me resultó muy simpático el ver, leer o escuchar en algunos medios de comunicación internacionales, que la figura del partido, había sido sin la menor duda Mateu Lahoz.
Precisamente por eso, por ser valenciano de Algimia de Alfara un pequeño núcleo urbano del Camp de Monvedre y porque su carrera profesional ya camina hacia el final pese a que podría seguir vinculado al mundo del arbitraje con todo el derecho del mundo por su edad, por haberse ganado con su criterio y actitud ese derecho, le he dedicado esta columna.
Y como se les dice a los Maestros de La Tauromaquia y mientras siga en activo, siempre le deseare:
¡Vista, de frente y al toro!
Porque siempre lo ha hecho así y le ha ido muy bien.
Hasta se semana que viene amigos.
