¿No sabes distinguir las más recomendables de aquellas que no merecen tanto la pena? En tal caso presta atención a este artículo
Castellón Información
El frío empieza a llegar a Castellón, convirtiéndose en esencial el hecho de estar en el interior del hogar con una agradable temperatura. Y no es para menos, puesto que en la época actual se requiere que los ciudadanos permanezcan en sus domicilios durante la mayor cantidad posible de tiempo.
Para estar en tu vivienda con una sensación perfecta en lo que se refiere a la temperatura, es imprescindible elegir entre las mejores estufas cataliticas del mercado. ¿No sabes distinguir las más recomendables de aquellas que no merecen tanto la pena? En tal caso presta atención a los factores que seguidamente detallaremos.
Potencia
Uno de los aspectos más relevantes al hablar de estufas catalíticas se resume en la potencia de las mismas. Por supuesto, una cifra mayor en comparación con otras unidades, dará pie a que alcances la temperatura ideal incluso en espacios de considerable tamaño.
Generalmente los mejores productos del mercado alcanzan un mínimo de 3.000 W. Como es menester, si pretendes mantener a una temperatura adecuada en invierno una dependencia bastante grande, como puede ser el salón-comedor en tu casa de Castellón, se requiere una cifra algo superior: aproximadamente 4.000 W.
Conviene destacar el hecho de que las buenas estufas catalíticas permiten seleccionar la potencia, lo cual es de agradecer sobre todo si pretende utilizarse en varios momentos a lo largo del día.
Por ejemplo, al despertarse suele requerirse una elevada potencia, mientras que tras haber avanzado la jornada, gracias al poder calorífico del propio sol penetrando en la vivienda, quizá convenga reducir la intensidad con la que opera la estufa catalítica.
Tipos de gas
No hay que echar la vista muy atrás para dar con una época en la que las estufas catalíticas solo funcionaban con un tipo de gas. La situación es bastante distinta a finales de 2020.
Y es que actualmente se comercializan modelos que son capaces de operar no solo con gas butano, sino también con el conocido bajo el nombre de propano. Ello otorga una mayor versatilidad a los consumidores, quienes pueden elegir el de su preferencia.
Adiós a los olores
Precisamente ahora que hemos sacado a colación el tema del gas llega el momento de hablar de un factor que también ha cambiado conforme el tiempo fue pasando. Nos referimos al olor que emitían las estufas catalíticas de antaño. Pero, ¿qué sucede a día de hoy?
Estamos ante modelos muy discretos, no solo por el pequeño tamaño de la llama, la cual puede ser de varios colores en función de la unidad elegida: anaranjado, azulado, etcétera.
A su vez, la ausencia de malos olores garantiza un funcionamiento muy cómodo. Ni siquiera los propietarios e inquilinos más sensibles con este aspecto notan la más mínima sensación desagradable que suele estar asociada a la emisión de gases. Todo lo contrario.
Altísimo nivel de seguridad
A todas las características anteriormente detalladas hay que sumar otra que tienen muy en cuenta los usuarios de hoy en día. Hablamos del alto nivel de seguridad que brindan las mejores estufas catalíticas del mercado actual.
Tanto es así que los usuarios incluso se ven capaces de dejarlas funcionando mientras están fuera de casa. El objetivo es claro: encontrarse la vivienda muy caliente incluso en pleno invierno, sabiendo que cuando regresen a su hogar todo estará en perfecto estado.
Funcionamiento sencillo e intuitivo
Llegamos a un punto que no suele ser tenido muy en cuenta a pesar de lo trascendente que resulta. Y es que la práctica totalidad de estufas catalíticas, sobre todo las consideradas por los expertos como las mejores, hacen gala de un funcionamiento que no entraña ninguna complejidad.
Una especie de rosca giratoria y con un pulsador facilita el encendido, así como la elección de la potencia deseada en cada momento, la cual se aplica instantáneamente.
Por otra parte, el cambio de bombona cuando se gasta, sustituyéndola por una completamente llena, también se convierte en una acción extremadamente fácil a la par que rápida. Basta menos de un minuto para completar la operación, incluso en caso de no contar con conocimientos previos. En este sentido es de agradecer la disposición de un manual que detalla todos los pasos a seguir.
No es lo único que resulta sencillo. Desplazar la unidad por la casa también es fácil, ya que las mejores estufas catalíticas implementan ruedas. Concretamente lo hacen en la parte inferior, por lo que las mismas pasan desapercibidas a pesar de funcionar a la perfección indistintamente del tipo de superficie: suelo de gres, parquet, etcétera.
En lo que se refiere al diseño, los modelos más actuales presumen de una apariencia minimalista y atractiva. Además, el catálogo es muy amplio y variado. Ello se traduce en que cualquier castellonense pueda incorporar en su domicilio una estufa catalítica que congenie a la perfección con el mobiliario y el color de las paredes.