El Mercado Central está situado en el corazón de la capital de la Plana, en la Plaza Mayor, junto al Palacio Municipal, el Fadrí y la Concatedral de Santa María
Salomé Amouroux/ Castellón Información
En una ciudad, los mercados tienen un papel muy importante, simbolizan a los habitantes, sus costumbres, sus maneras de ser y de consumir; por eso cada mercado posee su propia alma. La ciudad de Castellón cuenta varios mercados itinerantes, el mercado del lunes o el del viernes en el Grao. Sin embargo, su Mercado Central es uno de los más preciados por los vecinos.
El Mercado Central está situado en el corazón de la capital de la Plana, en la Plaza Mayor, junto al Palacio Municipal, el Fadrí y la Concatedral de Santa María, y esto desde su inauguración oficial el 21 de diciembre de 1949. Tiene una larga historia a sus espaldas.
Es la representación actual de aquellas antiguas plazas medievales, donde ciertos comercios ocupaban un lugar fundamental en la vida de la población.
Lo más importante de un pueblo se situaba en su plaza, en el lugar que transitaban todos los vecinos, en una época en la que no todo estaba al alcance de la mano, en la que no existían franquicias, en las que los comerciantes de los alimentos fundamentales para la población se ubicaban en los puntos estratégicos de la ciudad. Porque las ciudades se construían en torno a su iglesia, su ayuntamiento y sus comerciantes.
Y el Mercado Central de Castellón conserva mucho de aquel espíritu de la primitiva ciudad de Castellón.
El Mercado, tal como se lo conoce hoy en día, se proyectó en 1925. Eran tiempos en los que la ciudad se proyectaba hacia un horizonte de modernidad, y el mercado tenía que consolidarse como núcleo de atracción de todos sus ciudadanos.
Por eso, cuando Castellón miró a las grandes ciudades del momento y determinó diseñar su plan de ordenación y urbanización, realizado por el arquitecto Vicente Traver Tomás, se fijó como meta fundamental la remodelación de la Plaza Vieja (actual Plaza Mayor) y la construcción del nuevo mercado en el lado sur.
Pero aún antes, buceando en la historia de la ciudad, se descubriría que en 1902 el concejal José Castelló Tárrega elaboró una memoria sobre el funcionamiento del mercado en la cual se planteaba la construcción de un recinto cerrado.
Antiguas imágenes de esa 'plaza' aún muestran el antiguo mercado que se daba cita en la plaza pequeñita, que ocupó el lugar del primitivo cementerio de la ciudad... o de aquellos tenderetes que se agrupaban delante de la fachada del edificio consistorial de Castellón. imágenes para el recuerdo pero, también, retazos del alma de una ciudad que ha sobrevivido a los tiempos y a las historias.
el Mercado Central que hoy se conoce, es un diseño del arquitecto Traver, un personaje que tanto influyó en la vida de la ciudad. Y aquel dibujante de sueños se planteó como reto, una cierta continuidad arquitectónica entre el edificio que representa a todos los castellonenses, el ayuntamiento, que acaba de cumplir 300 años, y el recinto donde se daban cita sus comerciantes y sus vecinos. Por eso, el visitante encuentra referencias similares... en aquellos arcos que coronaron la plaza vieja, para sembrar de futuro la localidad de Castellón.
Aún después, el Mercado central ha sido objeto de modificaciones y reformas. De hecho, en al década de los 80 del pasado siglo, todavía se abordaron modificaciones importantes, como la de crear un nuevo recinto que uniera la zona del pescado, con la del resto de productos tradicionales... y creando, con ello, un nuevo espacio para los ciudadanos y una nueva plaza más diáfana, como lo es ahora la plaza Santa Clara. Y para más modernidad, con parking propio.
A lo largo de los años, los 61 puestos que forman parte del mercado, sus comerciantes han ofrecido y siguen ofreciendo (del lunes al sábado y de la 7:00 a las 15:00h) una profusión de productos distintos: frutas, verduras, lácteos, pescado y carne, por citar solo algunos, no solo a los vecinos de la ciudad sino también a los turistas, que descubren con alegría todo lo que el mar y las tierras de la Plana pueden regalar.
Un Mercado Central que lleva sobre la cabeza un letrero: calidad. Comercio a la antigua usanza y trato preferencial con sus clientes.
A pesar de la crisis, las grandes superficies y todos los ciclos que poco a poco modifican la vida de las ciudades, el Mercado Central mantiene su marca y su cartel en la sociedad castellonense.
Por otro lado, lo que caracteriza también a un mercado es su capacidad a reunir a la gente. Un mercado es, sobre todo, un lugar de encuentro y el Mercado Central no es una excepción. Numerosas son las familias que cruzan las puertas de madera del mercado. No es raro ver a tres generaciones juntas: los abuelos, los padres y los nietos. Pero también a señoras que se saludan o a personas que vienen, simplemente, a comprar los productos frescos y a precios razonables que necesitan. Porque aquí se sabe, que se vende productos de calidad. Así, quienquiera que se encuentre en el recinto del Mercado Central estará marcado por esta atmósfera calurosa y de generosidad.
El Mercado Central de Castellón es un lugar fuera de lo común, lleno de Historia y dónde los comerciantes saben cuidar a sus clientes, y siempre, con una sonrisa de oreja a oreja, se encuentran todo tipo de personas, de todas las edades para aprovechar el momento, para comprar, ver, comparar, para saludarse, para mantener los lazos del Castellón de todos los tiempos. Esta particularidad hace del mercado un sitio imprescindible para el vecino de Castellón pero también para el visitante que quiera descubrir Castellón y sus habitantes.
Para más informaciones en cuanto al Mercado Central y su Historia se puede consultar su página web www.mercatcentralcastello.com/historia dónde se encuentran también imágenes de los archivos.