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El presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, ha querido aprovechar su participación en la inauguración de la jornada conmemorativa del Día Mundial del Cooperativismo para definir a las cooperativas como una de las mejores aliadas dentro del gran eje estratégico de la Diputación que es la consolidación del mundo rural castellonense al asegurar que "las cooperativas del siglo XXI son el mejor remedio contra la despoblación compartiendo nuestro empeño de mantener vivos los pueblos, defender nuestros productos autóctonos y generar nuevas oportunidades para los castellonenses".
No en vano, el presidente provincial ha destacado como la Comunitat Valenciana, y en particular Castellón, "es una tierra con una fuerte tradición cooperativista por nuestro arraigo rural y agrícola. El cooperativismo tiene un gran peso en el tejido social, económico y cultural de nuestro territorio ya que contamos con 119 cooperativas agroalimentarias, casi el 34% del total autonómico, que emplean a más de 7.000 personas".
Es por ello que Moliner no ha dudado en considerar de imprescindible al cooperativismo "dentro de la campaña Repoblem impulsada por la Diputación a la hora de llenar de vida nuestro mundo rural y que ningún pueblo se quede atrás por falta de oportunidades" hasta el punto en el que "en muchos pueblos la Cooperativa sigue siendo el motor principal de la vida económica y social municipal, girando entorno a ella el trabajo, las fiestas, las tradiciones o las obras sociales y culturales".
A este respecto, el presidente de la Diputación ha incidido en cómo las cooperativas "juegan un papel protagonista en los municipios de las zonas rurales de la provincia. Contribuyendo al mantenimiento del mundo rural, sumando valor añadido y garantía de calidad a los productos, favoreciendo la profesionalización y competitividad de los sectores y, sobre todo, garantizando las mismas oportunidades a todos los socios, asegurando que nadie se quede atrás, como bien reza el lema de esta jornada y que pueda sacar un proyecto empresarial y personal".
Y es que tal y como ha subrayado Moliner, "la implicación de las cooperativas con este territorio, siempre velando por mejorar nuestros pueblos y la vida de nuestra gente, ha sido total y quizás esa sea una de las claves del progreso y desarrollo de esta tierra".
Retos de futuro para el cooperativismo
Todo ello sin dejar de mirar hacia el futuro y "conscientes que al igual que las administraciones, los nuevos tiempos exigen nuevos retos a las cooperativas". Así, Moliner ha asegurado que la modernización "es una herramienta clave para garantizar la competitividad empresarial y laboral".
Tal y como ya se apuntó en el I Foro Contra la Despoblación Rural organizado por la Diputación, "las nuevas tecnologías han llegado para hacernos la vida más fácil y no se entiende el mercado global si ellas. Y la empresa, administración o cooperativa que no sepa integrar la innovación de forma estructural perderá toda su competitividad en el corto plazo y estará condenada al fracaso".
En la misma línea, es imprescindible que las cooperativas, y sus empresas, "se adapten a las demandas del mercado mediante nuevos modelos de negocio, ampliando su red de servicios o, entre otras posibilidades, incrementando la inversión en marketing y formación".
Por último, Moliner ha subrayado que si bien "Castellón es una tierra con una fuerte dependencia del sector agroalimentario, estamos creciendo en otros sectores como el turístico o el tecnológico. La implantación del cooperativismo en estos campos supone una fuente de oportunidades para las zonas rurales".
No en vano, tal y como ha hecho hincapié el presidente de la Diputación, "en un pueblo es más fácil que perviva un modelo de negocio cooperativo. Y con él, empleos, y con empleos gente, y con gente se mantienen abiertos los colegios, los comercios y viva la historia, cultura y tradiciones".
