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viernes, 27 de diciembre de 2024 | Última actualización: 21:58

Sexo, mentiras y revisión catastral

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Wenceslao Alós. Concejal del PP en el Ayuntamiento de Moncofa y vicesecretario del PP-Local.

En Moncofa, hemos oído repetidas veces que la revisión catastral se realizó porque era obligatorio, que según la ley la revisión debe de hacerse cada 10 años. Lo dijo José Vicente Isach en campaña y lo ha repetido Jaime Picher. Mientras, desde el PP local, hemos intentado dar a conocer la realidad, que la revisión no es obligatoria, que la solicitaron desde el PSOE local para aumentar la recaudación y pagar su despilfarro y mala gestión. Lo intentamos sin tener demasiada repercusión en los medios, la verdad, cosas de estar en la oposición.

Ahora sin embargo, Vicente Casanova, alcalde de Almassora, ha sido noticia porque anunciaba que bajaría el tipo impositivo del IBI. Esta bajada compensara el 10 % de subida de los valores catastrales según establece la ley 22/2013 ya que Almassora tenía su última revisión catastral de 1996. O sea ¿que no es obligatoria la recisión catastral aunque hayan pasado 18 años? Esto nos demuestra que lo que dicen Isach y Picher en Moncofa, que les obligaba la ley a solicitar la revisión catastral, es mentira.

Pero el asunto no solo queda ahí, resulta que Vicente Casanova baja el IBI, no solo en el porcentaje suficiente para compensar la subida obligatoria de la ley 22/2013. La bajada del IBI en Almassora pasa de 0,873 a 0,60, un 24,40 %, y eso después de que el Ayuntamiento de Almassora haya tenido que pagar indemnizaciones millonarias. Esta bajada supondrá más de 110 euros a cada persona, de cada familia de Almassora, que dispondrán de ese dinero para poder ahorrarlo o gastarlo, y así ayudar a reactivar la economía local. Eso es SEXO

Y ¿revisión catastral?, bueno, muchos vecinos de Moncofa y de la Vall d’Uixó ya saben lo que es. En los dos pueblos los socialistas gastaron lo que no hay escrito y  cuando se vieron contra las cuerdas, en plena fase final del boom inmobiliario, solicitaron a catastro que acudiera a revisar los valores catastrales y así poder subir los impuestos, echando incluso la culpa al catastro. Pues la revisión catastral es una variación de valores de todas las propiedades urbanas (puede ser tanto urbana como rústica) por la cual se varían los valores sobre los que se calcula la contribución y en caso de segundas residencias también se paga en el Impuesto sobre la Renta. Valores que deben de ser el 50 % del valor de mercado.

¿Y qué sucede cuando esta revisión se realiza en la fase final de una burbuja inmobiliaria? Pues que catastro tiene en cuenta los valores de venta de los años anteriores y que, por ejemplo, una casa construida en el año 1932 valorada en 18.989,82 pasa a estar valorada en 100.642,48 euros. Esta casa que pagaba 189 euros de IBI antes de la revisión pasaría a pagar 271 euros en el año posterior, y si el ayuntamiento no baja el tipo impositivo, 1.006 euros en el año 2020 que es el año en que es de aplicación el nuevo valor catastral sin reducciones.

Pero eso no es todo, la propietaria de esta casa, viuda que no estaba obligada a realizar la renta,   puede encontrarse que si esta no es su vivienda habitual, tenga una renta imputada del 1,1 % del valor catastral, o sea que en la declaración de la renta tendrá unos ingresos (imaginarios) de 1.107 euros que deberá declarar en la renta y que le obligarán a presentar la declaración año tras año y por la que tendrá que pagar. Esta señora vera como el despilfarro hace que le aumente el IBI año tras año y también ve como ahora hace la declaración de la Renta cuando antes no la hacía, y pensará equivocadamente que la culpa la tiene el catastro cuando la realidad es que la culpa es la nefasta gestión socialista local de los años de la burbuja inmobiliaria.