1.- EN EL PARO.
La provincia de Castelló ha sido en el mes de noviembre la provincia española en la que más ha bajado porcentualmente el paro registrado respecto a octubre. Ello es positivo, pero, en modo alguno, significa el inicio de un proceso de mayor actividad o la constatación del comportamiento positivo de este indicador de la economía castellonense. En noviembre de 2021 fue la segunda provincia con mayor descenso del paro registrado.
Y digo esto porque en algún medio se ha destacado ese comportamiento como indicativo de la pujanza de nuestra economía provincial. Y no es así. Solo hay que ver cuál ha sido su evolución en los últimos años y conocer un poco las características de nuestra economía.
Todos, o casi todos, sabemos que en este mes la campaña citrícola está casi en su cénit y esa es la causa del descenso de las personas paradas en este mes. En los últimos veintinueve años, solo en seis, 2001, 2004 y 2005 y de 2007 a 2009, se han manifestado aumentos del personal parado.
Pero el comportamiento por sectores del paro registrado en este mes sí refleja, a diferencia del año anterior, que la trayectoria de nuestra economía está cambiando. Y, por supuesto, la guerra de Putin, la inflación, el precio del gas y de la electricidad, el aumento de los tipos de interés, entre otros, está influyendo.
Se ha producido un escaso descenso en el sector de la construcción, a diferencia del año precedente, y, también, a diferencia este mes del comportamiento en la Comunitat Valenciana, se ha registrado un aumento del paro en la actividad industrial. Ello es un reflejo del problema del gas en el sector cerámico, pero también de la subida de tipos y de la inflación y de la ralentización de la economía internacional.
La trayectoria de los contratos por sectores respecto a noviembre de 2021 también señala los problemas aludidos: mientras se incrementan los contratos en la agricultura por la campaña de este año en la citricultura, con mucha menos fruta de la esperada (+12,5%), se reducen a la mitad los registrados en el sector industrial, un 37,4% en construcción y un 30,9% en servicios.
La afiliación a la Seguridad Social también refleja un incremento muy significativo: ha sido la segunda provincia con mayor aumento porcentual tras Almería respecto al mes anterior; doce meses ante fue la tercera. Incremento que se ha dado en el sistema especial agrario y en el régimen General en sentido estricto, con pequeños descensos entre los autónomos y en los trabajadores del mar y avances en el sistema especial del hogar.
Y la provincia sigue siendo la tercera en cuanto a contratos indefinidos en los once primeros meses del año después de Tarragona y Almería; aunque muchos de ellos son fijos discontinuos.
Junto a los datos de afiliación, el ministerio publica cada mes el número de trabajadores incursos en Ertes a su final. Hay 22.763 en toda España y 1.356 en la provincia de Castelló, 1.021 hombres y 335 mujeres; 136 personas en suspensión parcial y 1.220 en suspensión total. Y la mayor parte de ellos en el sector cerámico.
2.- LOS RETOS EN EL SECTOR CERÁMICO.
En el sector cerámico hay, sin embargo, algo más de nueve mil trabajadores en empresas que han solicitado un Erte, lo que supone algo más de la mitad de su plantilla y refleja un grave problema que puede tener consecuencias muy negativas para el propio sector y, por ende, para la economía castellonense, dada la relevancia en la misma de la cerámica, si no se le ayuda a capear este problema.
Pero es este, a mi entender, la gota que ha colmado el vaso, pues el sector tiene otros retos que, si se supera este problema, y espero que sí, seguirán en el candelero.
Entre ellos, mejorar el nivel medio del cliente al que se vende, reducir o eliminar los regateos en los precios de venta lo que ayudaría a mejorar la imagen del “tiles of Spain”, reducir la diferencia en el precio medio de venta del producto exportado respecto a Italia, crear un auténtico lobby cerámico, incrementar el número de plantas fuera de España, dotarse de más departamentos de marketing, invertir mucho más en investigación dentro de las plantas; y estudiar alternativas al uso del gas, bien el hidrógeno verde, la electricidad o el biogas.
Ah, y a corto plazo, cómo hacer frente a la competencia y a la posible pérdida de clientes que implica el hecho de que una gran parte de fabricantes mundiales dispongan ya de la tecnología in jet.
Por tanto, los datos de noviembre no son para echar las campanas al vuelo; son para pensar y repensar cómo enfocamos el futuro de nuestra economía. ¿Y usted qué opina?