El Levante español es especialmente popular en Europa por sus exquisitas naranjas, que han pasado a ser proverbiales en nuestro país. El cultivo de naranja en nuestra provincia tiene una larga tradición, y se ha ganado a pulso una fama más que merecida. Pero el sector agrícola está en continua evolución, y no podemos dormirnos en los laureles si queremos seguir disfrutando de esta posición de privilegio en Europa.
Si comparamos las naranjas que cultivamos hoy en día en nuestra tierra con las que se cultivaban hace veinte años, seguramente encontraríamos una diferencia muy clara entre ellas. Los agricultores incorporan continuamente toda una serie de mejoras para que sus naranjas presenten una mejor calidad, aumentando gradualmente su tamaño y sus propiedades nutricionales, y haciéndolas mucho más apetitosas.
La tecnología se alía con el campo
Aquí es cuando la tecnología pasa a desempeñar un rol fundamental integrándose en todos los procesos del cultivo de la naranja. Desde la preparación del sustrato donde se sembrarán los naranjos hasta la selección de las mejores semillas, hay toda una serie de herramientas tecnológicas que contribuyen a mejorar de forma continua la calidad de la fruta, haciendo que sea una naranja muy difícil de superar.
Una de las técnicas más empleadas para mejorar la calidad de las naranjas se denomina valoración química. Mediante esta técnica se emplean sistemas de análisis que se encargan de verificar cuáles son los nutrientes presentes tanto en el sustrato donde se siembran los naranjos como en las naranjas en sí mismas. Esto ayuda a identificar si hay algún nutriente faltante en los cultivos, para añadirlo según sea necesario.
Esto se realiza generalmente mediante la adquisición de fertilizantes, y, más específicamente, fertilizantes diseñados para responder a las necesidades de unos nutrientes en específico. De esta manera los agricultores pueden ahorrar mucho dinero en la compra de fertilizantes de amplio espectro, que cuentan con una extensa variedad de nutrientes, pero que cuestan más, y no resuelven las necesidades específicas de cada cultivo en concreto.
La selección de las mejores naranjas
Los sistemas de valoración también se emplean para seleccionar las mejores naranjas y aprovecharlas para ir aumentando gradualmente la calidad de los cultivos. Siempre que se siembra un nuevo naranjo, se intenta que su genética sea la mejor posible, de modo que los siglos de tradición de cultivo de naranjas en nuestra región nos dan una ventaja considerable frente a las nuevas granjas establecidas en otras áreas.
Lo que antes era un simple proceso manual de selección de naranjas en función de su aspecto y su gusto, ahora está apoyado por los procesos de valoración para contar con una información nutricional extraordinariamente precisa sobre los mejores ejemplares de naranjas. Esto garantiza que los nuevos naranjos mejoren a los ya existentes, y, además, permite a los agricultores crear variantes de naranjas propias que funcionan como imagen de marca.
El problema del agua
Las naranjas son uno de los cultivos más exigentes con respecto al riego, y también pueden sufrir por las variaciones en la temperatura. El cambio climático desempeña aquí un rol fundamental en el desarrollo de nuevas soluciones para el cultivo de naranjas, sobre todo en lo referente a sus demandas hídricas, que difícilmente podrán ser satisfechas de forma exclusiva por las lluvias en nuestra región.
La península Ibérica en su conjunto, y el Levante en particular, son regiones que están abocadas a sufrir sequías cada vez más severas. Hay poco que podamos hacer para prevenir esto, así que los agricultores deben buscar soluciones para paliar el problema. Entre ellas destacan los sistemas de riego inteligentes, que permiten aprovechar al máximo el agua disponible, y favorecen el crecimiento de las naranjas con un menor coste.
Sin embargo, no todo depende de los agricultores. El gobierno autonómico también debe cumplir con su parte invirtiendo más en plantas desaladoras, que a medio plazo serán la solución más fiable para poder resolver los problemas de abastecimiento de agua en nuestra región. No podremos controlar la lluvia, pero sí que podremos abastecernos con el agua del mar siempre que sea necesario.
Una industria clave para nuestra provincia
La industria agrícola no solo es un motivo de gran orgullo para nuestra provincia al pasear el nombre de Castellón por todo el país, sino que además crea numerosos puestos de trabajo, abastece nuestros mercados, y representa un porcentaje importante de nuestro PIB. Todo el apoyo que se le pueda dar a nuestro campo desde el gobierno autonómico resultará entonces en un beneficio para toda la provincia.
Ante los desafíos que nos plantea el cambio climático, la inversión en tecnología y en soluciones hídricas se antoja fundamental para poder garantizar el buen momento de nuestra industria agrícola durante los próximos años. Ningún sector industrial sobrevive mucho tiempo si no se renueva de forma continua, y nuestro campo no es una excepción. ¡Cuanto antes se invierta en soluciones, mejor será el futuro de nuestras naranjas!