En muchas ocasiones es infradiagnosticada y puede afectar de forma importante a la salud y el futuro desarrollo del niño
Castellón Información
La doctora Carolina Colomer, directora clínica de los centros de neurorrehabilitación de Vithas (Neuro Rehab Human Brain) ha explicado que este trastorno de deglución “puede estar presente en niños con alteración en la esfera sensorio-motriz, de la organización del movimiento en general, en niños con patologías que afecten al tono muscular, y también en niños con alteración del estado de conciencia, o marcados retrasos en el neuro-desarrollo”. Estas circunstancias pueden aparecer en patologías adquiridas, como traumatismos craneoencefálicos, tumores o ictus y en enfermedades congénitas como la parálisis cerebral infantil o las alteraciones genéticas.
La disfagia neurógena supone dificultad para tragar de forma eficaz y segura líquidos y sólidos de distintas consistencias. “Muchas veces los líquidos finos son los más difíciles de deglutir. El proceso de tragar consta de diferentes fases que se dividen según sean voluntarias o reflejas. Cualquiera de las fases puede estar alterada en la disfagia neurógena”, ha indicado.
“Desde el punto de vista clínico, los síntomas más frecuentes son: sialorrea importante y persistente, formación inadecuada del bolo alimentario, regurgitación naso-faríngea, imposibilidad o retardo en el inicio del proceso deglutorio con retención del alimento en boca (sugiere posible trastorno sensorial), síntomas de deglución atípica (posturas anómalas durante la deglución), tos, carraspeo y ahogos frecuentes, disfonía, tiempo de ingesta prologando, sintomatología respiratoria recurrente (sugiere aspiración recurrente) e impactación de alimentos” señala la doctora Colomer.
La disfagia orofaríngea constituye un síntoma prevalente en determinados grupos de población pediátrica, sobre todo en pacientes neurológicos. Se estima que su incidencia en pediatría es del 1%, si bien es mucho mayor en poblaciones de riesgo como la parálisis cerebral, que constituye la afección neurológica más frecuente asociada a disfagia, o en los trastornos de neurodesarrollo. Sin embargo, en muchas ocasiones resulta infradiagnosticada, pudiendo afectar de forma importante a la salud y el futuro desarrollo del niño.
Para su diagnóstico, los expertos de Vithas consideran fundamental una valoración integral y multidisciplinar de los niños que conlleve la observación de la alimentación espontánea para determinar en muchos casos la fase de la deglución afectada y tipificar el tipo y severidad de la disfagia. También realizar una prueba de volumen y viscosidad para evaluar el proceso deglutorio y detectar posibles alteraciones de la seguridad o eficacia de este, pruebas de deglución con auscultación cervical y control con pulsioximetría para identificar patrones sugestivos de disfagia o aspiración, y la solicitud de exploraciones complementarias indirectas o directas, como videofluoroscopia o videoendoscopia.
“Una vez disponemos de una correcta valoración, pasamos a desarrollar un plan de tratamiento personalizado para el niño que abarque los objetivos como mejorar el manejo de sólidos y semisólidos a mediano y largo plazo, preservar el estado nutricional y reducir el riesgo aspirativo. Para ello, aplicaremos estrategias terapéuticas para el manejo de la disfagia orofaríngea en niños que incluyen desde una terapia de modificación de conducta, rehabilitación postural, modificaciones dietéticas, biofeedback, ejercicios de reforzamiento motor-oral, estimulación sensorial, entre otras. Es importante asociar una valoración completa desde el aspecto nutricional, fundamental en el paciente neurológico con disfagia o trastorno deglutorio”, señala el doctor Joan Ferri, director general de los centros de neurorrehabilitación de Vithas (Neuro Rehab Human Brain).