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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 20:36

No todos los equipos son equipos

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Se habla mucho de equipos y de trabajo en equipo, pero sabes una cosa cuando acompaño a las empresas y sus equipos y uno observa un poquito, descubres que no merecen llamarse “equipo”. Y es que el líder tiene mucho que ver en ello.

Para mí, la única forma de establecer una mentalidad de equipo, es asegurándose el líder de que todos los miembros, tienen una parte importante en el equipo y que conocen cuales son las funciones de cada uno de ellos y como estas impactan en el objetivo global.

Déjame que te cuente una experiencia personal para mostrarte la diferencia. Hace un par de meses fui a ver un partido de fútbol del hijo de mi primo que tiene diez años. Cuando acabó el partido y perdieron por goleada, no recuerdo si fue uno a siete, uno a ocho o algo así. Hubo un momento en que ya dejamos de contar los goles pobrecillos. Desde luego no fue el mejor día para que fuéramos a verle.

Pero independientemente del resultado, lo que más me gustó fue su actitud. De hecho él marcó el gol de su equipo en una subida de un corner. Fue su comentario al felicitarle por el golazo, lo que me hizo entender que independientemente del resultado, ellos si eran un verdadero equipo. “Primin da igual que haya marcado yo, total hemos perdido el partido y por goleada”.

Un niño de diez años tenía muy claro, que más allá de estadísticas personales, lo importante era el resultado final. Y su equipo había perdido ese día. Ahora entiendo porque muchos como él, cuando se enteraron de que su entrenador podría irse a otro equipo pensaron en cambiar de equipo y seguirle. Un líder es el que es capaz de crear ese sentimiento de unidad, de focalización en el resultado global, más allá del individual de cada uno de sus miembros. Y de crear un sentimiento de pertenencia y de orgullo.

En las organizaciones saludables y exitosas no hay "departamentitis". No hay egos y luchas de poder entre departamentos y sus dirigentes. Porque entienden que todos están en el mismo barco. Por el contrario, si hay cooperación, sinergias entre departamentos y un claro enforque a los resultados globales.

Y es que cuando se trabaja en equipo, los empleados o los jugadores, deberían ponen sus prioridades individuales y departamentales siempre por detrás de las necesidades de la organización y eso solo se consigue cuando tienes buenos líderes al frente de los equipos.

Y en tu empresa o tu equipo, ¿sigues pensando que el agujero no está de vuestro lado? ¿Hora de reflexionar?