Ponen siempre el punto de mira, en sus afines en vez de tratar de apoyarse entre ellos, para impedir que ganen las izquierdas, sean más o menos radicales.
Es un error que se viene repitiendo desde hace muchos años, porque siempre buscan conseguir mayorías absolutas, aunque con eso perjudiquen muy sensiblemente la posibilidad de pactos post electorales cuando no alcancen sus “sueños improbables”.
Entre las izquierdas, suele haber generalmente mayor y mejor sintonía y de cara a cada proceso electoral, cada cual es más consciente de a quién y cómo debe dirigirse, para beneficiarse sin perjudicar excesivamente pactos posteriores.
Ahora tenemos en el PP a un Feijoo, acostumbrado a ganar con mayorías absolutas en una Galicia, que siendo parte de España, tiene muy pocas cosas en común con otras muchas regiones españolas.
Y en vez de cuidar los detalles, desprecia con una soberbia incontenible a quienes quizás vaya a necesitar en pocas semanas.
En definitiva, tengo la impresión de que el Partido Popular está estructurado al modo y manera de los Reinos de Taifas de la España previa a los Reyes Católicos, en la que cada cual arrimaba el ascua a su sardina, olvidándose del resto.
Me ha gustado mucho más la forma de conducirse y reaccionar de Mazón en la Comunidad Valenciana, que la del gallego en la totalidad de nuestra Nación.
Tampoco la joven y engreída extremeña, parece saber distinguir quienes son sus enemigos.
Se ha ganado la antipatía de quienes podrían haberle ayudado a Gobernar en su feudo, cuando ni siquiera ha sido la fuerza más votada, dándole una bomba de oxígeno a un Varas que desde el primer momento, estuvo convencido de que ya no volvería a Gobernar a los extremeños, como expuso palmariamente una vez publicados los resultados.
Esta pobre chica, se merece que ahora VOX se abstenga en primer término y permita que el eterno ganador en tierras lindantes con Portugal, salga nombrado Presidente de los extremeños en segunda vuelta.
¿A quién habría que imputarle este despropósito?
Yo lo tengo muy claro y me permito asegurar que esa criatura o es una tonta de solemnidad o está manipulada por un asesor áulico, simpatizante de los socialistas.
¡Con su pan se lo coman!