Me gustaría recordar que Ciudadanos Vila-real presentó una moción en enero de 2018 en la que se instaba a desdoblar la línea de bus urbano al Hospital de La Plana, totalmente ineficiente y poco operativa por el coste y la duración del recorrido. Dicha moción iba acompañada de una propuesta de recorridos, similar a la que finalmente se decidió, con el objetivo de tener trayectos más cortos y útiles para la ciudadanía.
Finalmente dicha propuesta fue secundada por el gobierno y se tradujo en la puesta en marcha del Bus Groguet a finales de ese mismo año. Los primeros meses de vida del nuevo transporte urbano recibieron algunas críticas por la ausencia de pasajeros motivada por la falta de información, por el desconocimiento de los horarios y los recorridos, así como por la falta de señalización adecuada de las paradas. Ciudadanos reclamamos en repetidas ocasiones que se subsanaran dichas deficiencias para incrementar los usuarios y recibimos, como respuesta, la burla del gobierno municipal que nos acusaba de ir constantemente detrás del autobús para comprobar si tenía usuarios.
En verano de 2021 se adjudicó provisionalmente el contrato aunque no fue hasta agosto del 2022 cuando se convirtió en definitivo después de una nueva licitación. Estos hechos demuestran lo tortuoso del camino que ha tenido que recorrer esta iniciativa hasta consolidarse, pandemia de por medio, como una realidad adaptada al tamaño de nuestra ciudad y a nuestra ambición de crecimiento.
Toda esta historia puede explicar el triunfalismo de regidor de movilidad, pero Ciudadanos Vila-real somos partidarios de mantener los pies en el suelo. Hasta que no estén todas las paradas acondicionadas y preparadas para recibir la información del bus en tiempo real y contemos con vehículos más ágiles y menos contaminantes, estaremos en la prehistoria. Si queremos aumentar exponencialmente el número de vila-realenses que dejan el coche en el garaje y optan por desplazarse en bus, estos tienen que saber cuándo llegara a su parada y cuantos minutos van a tardar en llegar a su destino, tiene que serles útil, ¿cuál sino podía ser el objetivo de nuestra iniciativa?
Por último, después de las sucesivas subidas de la contribución y la permanente referencia a la herencia recibida, es de justicia que el Ayuntamiento de Vila-real mejore muchísimo el nivel de transparencia e información. La ciudadanía debe saber el coste de los servicios que se le prestan, solo así podrá saber en qué se gastan sus impuestos y solo así podrá poner en valor lo público. He echado de menos que en la comunicación sobre el número de usuarios se nos dijera que el Bus Groguet ha tenido una ocupación inferior al 30% de su capacidad, que cada uno de esos viajes nos ha costado entre 2,10 y 2,20 euros, que sería 360 de las antiguas pesetas. O que se hubieran planteado objetivos como llegar al 60% de ocupación de los vehículos, esto es unos 460.000 viajeros y acercarnos por tanto a un coste de 1 euro por viaje.
Queda tanto por hacer.