Además, un 60% de los niños presenta una actividad física “alta” frente a un 7% que lleva una vida “muy sedentaria”. Estos son los principales resultados del Estudio de hábitos alimentarios y actividad física realizado a 900 escolares.
El índice de obesidad de los escolares de Vila-real es muy inferior a la media nacional. Concretamente tan sólo el 8,8 % de niños padece de obesidad frente al 17,59 en el que se sitúa la media nacional. Además un 60% presenta una actividad física “alta” ante un reducido 7% de niños que no realiza ninguna actividad. Estos son algunos de los resultados calificados como “muy positivos”, según la concejal de Deportes y Salud, Silvia Gómez, que se desprenden del Estudio de hábitos alimentarios y actividad física realizado a 900 niños de primero a tercero de primaria de 12 centros escolars que han participado en el programa Nutrididáctica puesto en marcha por la concejalía.
“Unos datos que vienen a reforzar el vínculo que existe entre la práctica de alguna actividad física y los efectos beneficiosos para la salud” según ha señalado la nutricionista y responsable del programa Nutrididáctica, Alma Palau. En esta línea la concejal ha reforzado la idea y ha recordado la apuesta de la concejalía por el deporte escolar “ con el objetivo de inculcar hábitos de vida saludable entre los más pequeños y prevenir enfermedades”.
Otro de los “excelentes” datos del estudio es que un 36% cumple al pie de la letra con el manual de la dieta mediterránea y un 60% lleva una dieta de “notable aunque se podría mejorar”, según Palau. Un análisis que está basado en la ingesta semanal de pescado, la toma de verduras “seguramente no tantas como correspondería”, y la fruta, “que debería ser entre dos o tres piezas diarias y que, aunque en las encuestas la mayoría de los casos parecen cumplirse, seguramente se podrían tomar más”.
Según ha explicado la responsable de Nutrididáctica, por lo que concierne a la ingesta de calorías diarias “está muy proporcionada” en cada una de las comidas que se hacen al día. Entre las buenas prácticas llevadas a cabo es que, prácticamente, ningún niño desayuna bollería industrial sino lácteos y zumos. Además el almuerzo “es el tradicional bocadillo de embutido y derivados lácteos”, la merienda se suele realizar en casa , un 63% de ellos, “lo cual resulta muy positivo porque se evitan productos de pastelería” y tanto la comida como la cena se hace con toda la familia o parte de ella.
Estas son las principales conclusiones de este estudio llevado a cabo no sólo entre la población infantil sino también en las familas en el que además de analizar los hábitos alimentarios también se ha evaludado el nivel de satisfacción y autoestima de los escolars “ ya que también son factores que influyen”, según la edil.
Una pionera iniciativa en la que trabajan cuatro profesionales de la nutrición y una psicóloga que se inició hace tres años con una evaluación de los hábitos de los escolares de primero a tercero de primaria y encuestas a las familias para recabar información sobre estos hábitos nutricionales. Posteriormente y, como una segunda fase del proyecto, se organizaron cursos y talleres el pasado año dirigidos a todos los padres con sesiones acerca de la alimentación infantil y también a los niños que realizaron estos cuestionarios, entonces en segundo, tercero y cuarto de primaria.
Finalmente y, durante este curso escolar, se pretenden llevar a cabo talleres dirigidos a los mismos niños a los que se les ha estado realizando el seguimiento, ya entre tercero y quinto de primaria, “con el objetivo de saber si hemos avanzado y en qué materias podríamos mejorar”, concluye Gómez.