Un ingeniero agrícola comienza en los próximos días a registrar todas las parcelas productivas no cultivadas en la localidad de Onda para poner en marcha el Banco de Tierras. Un proyecto que estará listo en tres meses y que permitirá tener una base de datos actualizada y real de todas las extensiones agrícolas que existen dentro del término municipal de Onda y que se pueden integrar en el proyecto del Banco de Tierras.
El teniente de alcalde de Agricultura, Carlos Prades, explica que “el objetivo es que sepamos con exactitud el número de parcelas que con una pequeña puesta en valor puedan dedicarse a la producción agrícola y se incluyan en esta iniciativa”, señala. El Banco de Tierras trata de poner al alcance de los nuevos agricultores la opción de un terreno en el que practicar la agricultura, como forma de generar alternativas laborales y recuperar la tradición agrícola de la localidad.
“Ahora mismo, la agricultura ecológica es un sector en auge y con una formación adecuada, se puede lograr rentabilidad al cultivo de determinadas frutas y hortalizas y, más, si estos emprendedores cuentan con el apoyo del Ayuntamiento”, resalta Carlos Prades.
A este hecho se le une también el que con el proyecto del Banco de Tierras se frenará el abandono de campos, que es una tendencia que se ha mantenido en los últimos años ante el auge de otros sectores como la industria o la construcción. “El sector primario está viviendo un momento de recuperación y, si se promueven nuevos canales de ventas, es una opción de inserción en el mercado laboral”, cuenta el edil.
Tanto es así que el edil ha reconocido el buen funcionamiento “y la gran aceptación” que está teniendo en la localidad de Onda el proyecto de los huertos sociales, después de que en mayo se adjudicaran todas las parcelas a 23 desempleados, cutaro jubilados y dos ONG de la localidad.
En este caso, los huertos sociales tiene como fin “el crear fórmulas para modernizar los usos agrícolas y además se profesionaliza este oficio, abriendo alternativas laborales para los desempleados”. Tanto es así que los adjudicatarios estas 29 parcelas han recibido cursos de formación de forma totalmente gratuita para generar oportunidades de trabajo.
Con el programa, a cambio de un precio simbólico de 5 euros mensuales, los usuarios tienen cubierto el precio del agua de riego y durante dos años pueden desarrollar su trabajo en unos huertos cuya extensión va desde los 120 a los 170 metros cuadrados en el caso del uso individual y de los 725 a los 896 para las asociaciones.
De hecho, en los huertos sociales existe una parte del solar que se dedica a realizar cursos formativos y, al mismo tiempo, la producción se puede destinar al autoconsumo.