Las ONG’s y asociaciones locales han participado en esta nueva edición de esta iniciativa que promociona la labor de estos colectivos en favor de los ondenses.
Castellón Información
El Raval de Sant Josep de Onda ha sido hoy un claro reflejo de la solidaridad de los vecinos del municipio. Durante todo el día de hoy se ha celebrado una nueva edición de la Fireta Solidària que se enmarca dentro de las acciones del Mes del Voluntariat y que ha servido, de nuevo, para poner de manifiesto la cara más solidaria de los ondenses.
Las distintas ONG’s y asociaciones de Onda han participado en esta feria en la que se ha promocionado la labor que realizan a lo largo de todo el año. Asimismo, la concejala de Voluntariado, Elena Albalat ha puesto de manifiesto que “esta feria sirve también para que los vecinos conozcan el trabajo que realizan y se animen a participar de forma directa en las distintas causas que llevan adelante las ONG’s de Onda”.
Además, la Fireta Solidària ha contado con actividades de animación alrededor enfocadas, sobre todo, a los más pequeños. Esta mañana se ha celebrado una gran exhibición de Cubbá solidario. También un espectáculo para los niños titulada ‘Los vikingos y sus dragones’ con música, juegos y pruebas. Ya por la tarde el Raval ha acogido un espectáculo de magia.
La edil ha mostrado su satisfacción ya que “cada año esta feria congrega a más gente alrededor de las buenas causas que se llevan a cabo durante todo el año en Onda”.
Para Albalat “los voluntarios son un elemento clave para la cohesión social y el funcionamiento de la sociedad de Onda”. De ahí que haya mostrado su agradecimiento “tanto a los vecinos que han colaborado como a los distintos colectivos de la ciudad”.
A lo largo de todo el mes se seguirán realizando actividades dentro del Mes del Voluntariado.
Intercambio de libros
Aprovechando esta jornada también se ha celebrado una nueva edición de intercambio de libros. Se trata de una iniciativa puesta en marcha por la concejalía de la Biblioteca y en la que los vecinos depositan en la sala ondense libros viejos que tengan por casa y que les son canjeados por una moneda llamada ‘lecturi’.
Luego, con estos ‘vales’ se podían intercambiar por otros libros en el puesto que se había ubicado en el Raval.
