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domingo, 24 de noviembre de 2024 | Última actualización: 21:28

Varios vecinos de Onda ya se han acogido a la posibilidad de intercambiar multas por servicios a la comunidad

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La nueva ordenanza de convivencia de Onda se caracteriza por ser vanguardista y participativa. Sustituye a la hasta entonces vigente, que estuvo en vigor más de un siglo, pues data de 1910. Y fue redactada contando con iniciativas propuestas por los vecinos, bien a título individual a través de la web, bien como parte de un colectivo. A través de la ordenanza, el Ayuntamiento, lejos de mantener una postura recaudatoria, pretende una rehabilitación social de cara a modificar conductas y evitar su repetición a través de la concienciación de los infractores.

Los primeros ondenses se han acogido ya a la posibilidad de intercambiar multas por servicios a la comunidad, tal y como recoge la ordenanza de convivencia ciudadana aprobada por el pleno en septiembre de 2012. Este intercambio puede realizarse cuando se trate de daños al mobiliario urbano, pudiendo ver reducida la sanción económica hasta una cantidad simbólica de 10 euros. Eso sí, se mantiene la responsabilidad de los causantes de los daños al patrimonio público en lo relativo a la indemnización que deberán hacer frente por los daños causados. 

Así, por ejemplo, la Policía de Onda identificó a varios jóvenes que durante la noche de Reyes volcaron algunos contenedores, dañaron retrovisores de vehículos y arrancaron papeleras y una señal. Los agentes les sorprendieron mientras realizaban estas acciones y procedieron a su identificación. En algunos casos la Policía Local recibió la llamada de vecinos y, gracias a su rápida intervención, pudo identificar a los presuntos causantes de los hechos.

Gracias a la nueva ordenanza, a los dos jóvenes que transportaban una señal de tráfico que había sido arrancada se les impondrá una multa de hasta 750 euros por dañar el mobiliario urbano, sanción que puede ser atenuada voluntariamente con servicios a la comunidad.

“La sanción es el último recurso, aunque la posibilidad de intercambiar multas por servicios a la comunidad es voluntaria, lo que favorece la consecuencia de resultados positivos”, ha asegurado Carmina Ballester, teniente alcalde de seguridad ciudadana. “El objetivo es que las personas infractoras sean conscientes del daño causado a la comunidad, y promover su reeducación, especialmente cuando se trata de menores”, ha añadido.