Alejandro Marín-Buck. Portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Castelló
El Sr. Puig lo tiene muy complicado, la enemistad con sus socios de gobierno del Botànic, y la poca sintonía con su jefe de filas Pedro Sánchez, hace que la Comunidad Valenciana siga año tras año liderando el farolillo rojo de la financiación autonómica.
Esto es algo que arrastramos desde hace muchos años, en su momento Aznar, Zapatero y Rajoy prometieron a los respectivos gobiernos valencianos de Camps, Fabra y Puig mejorar la reconocida injusticia fiscal y social que tiene el Estado para con los valencianos. Una situación que no es que haya mejorado, sino que ha empeorado con el paso de los años, ampliando las diferencias per cápita aún más si cabe.
Parece que el Levante Español, está proscrito por el gobierno Central, o por lo menos para lo que quieren, ya que para hacer mítines, fotos y promesas en campaña electoral siempre nos tienen como objetivo predilecto, y se olvidan que nosotros, junto con la región de Murcia, lideramos el lamentable último puesto en financiación autonómica de España.
Habitualmente no me gusta entrar en debates comparativos entre regiones, ya que probablemente se me escapen razones, intereses o deudas que puedan justificar ciertas diferencias entre ellas, pero es clamoroso ver cómo mientras algunas autonomías reciben 3321€ por cántabro/año, un riojano 3211€/año o un balear 3127€/año, la Comunidad Valenciana solo recibe 2618€ por valenciano/año, unos 215€/año de media menos que el resto de españoles.
Desgraciadamente así no hay inversión, y por tanto gestión. Así solo hay política y de la mala.
Nos quejemos de nuestras deterioradas carreteras, de nuestro paupérrimo sistema de salud, donde se ha demostrado que ni era tan bueno ni tan eficiente, y no precisamente por la excepcional preparación de sus profesionales, sino por la inversión en el sistema, que cada año es menor y en cambio la demanda aumenta, o nuestro politizado sistema público educativo, o nuestros juzgados saturados y sin digitalizar, como el sistema ferroviario, que salvo por el AVE que se lleva el 80% de sus recursos, el resto de líneas que usa la gran mayoría de valencianos, cercanías, regionales, media distancias, parecen que sean del siglo pasado.
Los castellonenses seguimos haciendo cola en los centros de salud, guardando 15 días de lista de espera en la atención primaria. Los niños siguen asistiendo a clases en barracones, el Corredor Mediterráneo sigue siendo el protagonista de un thriller y todas estas reivindicaciones y las desigualdades territoriales hacen que la política cree desafección en la sociedad porque de momento nadie ha conseguido poner solución. Demasiados gritos, titulares y portadas para tan nefasta gestión.
Dicen que nadie es profeta en su tierra y para muestra, el Sr. Puig que sin poner orden en la suya pretende dar lecciones a otros territorios como Madrid. Desgraciadamente esta es una manera de hacer política muy recurrente, lanzar bombas de humo para difuminar su flirteo con los nacionalistas que son quienes realmente aumentan las diferencias entre regiones.
Ni agosto, ni noviembre, ni abril, ni... Estamos infragorbernados