Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Estamos llegando ya al momento de la verdad, porque en apenas cinco días estaremos al final de un camino que ha trazado Pedro Sánchez, en su propio interés.
Quiero escribir y editar esta columna antes de la segunda votación de la investidura de este señor y la estoy escribiendo la noche del lunes al martes día 1 de marzo, es decir incluso antes de que se celebre la primera, porque escribirla o editarla después de esas dos sesiones, sería de ser un ventajista y muy al contrario soy un hombre que suele asumir riesgos siempre que emite sus opiniones, responsabilizándome de ellas.
Evidentemente un economista, salido de una Universidad española tiene suficientes conocimientos de matemáticas como para saber sumar y a la vez conocer la diferencia entre elementos homogéneos y heterogéneos.
Por lo tanto no le puedo conceder a este señor la condición de iluso, porque sería hacerle un favor a un político de muy poca ética, que ha antepuesto su interés personal y la repercusión mediática que iba a tener durante todo un mes, para fortalecer y reforzar su imagen pública y política, después de su indiscutible fracaso en las elecciones generales.
Todas las televisiones, periódicos escritos y digitales y emisoras de radio, nos hemos pasado un mes bailándole el agua a este personajillo y queriendo creerle, cuando cualquier persona medianamente informada sabía desde un principio que era un imposible que este señor pudiera ser investido con los condicionamientos derivados de los resultados electorales.
Me he cansado de repetir por activa y por pasiva, tanto en mis columnas escritas en este medio, como en las tertulias radiofónicas que están al alcance quien quiera oírlas en la programación de los miércoles de 19 a 20 horas en el programa radiofónico de Castellón Información Radio (www.castelloninformación.ivoox.com) y se pueden recuperar las de cada miércoles, que el final iba a ser las nuevas elecciones, ya que la incompatibilidad manifestada expresamente de Pedro Sánchez con Rajoy imposibilitaba la solución mas lógica y sensata, que era el gran pacto de Estado PP-PSOE-Ciudadanos y la animadversión igualmente reconocida por ellos, entre Pablo Iglesias y Albert Rivera, significaba no poder integrarse por activa o por pasiva alrededor de permitir otro tipo de Gobierno, PSOE-Podemos-Ciudadanos.
Si a todas esas consideraciones, añadimos que las perspectivas de futuro de Podemos, con la aparentemente concertada incorporación de Izquierda Unida, la convertirán en la segunda o incluso primera fuerza mas votada en una repetición de las elecciones, es fácil entender que a quien menos le interesa la investidura de Pedro Sánchez es a Pablo Iglesias, ya que de ser un simple figurante ahora, con su imagen palidecida a la sombra de una Presidencia socialista, pasa a convertirse como mínimo en el Jefe de la Oposición o en el Presidente del nuevo Gobierno que se forme a partir de los resultados que salgan de las urnas.
Definitivamente Pablo Iglesias ha demostrado ser mucho más inteligente y mejor estratega que el líder socialista, que va a sucumbir víctima de su propia soberbia y torpeza.
El señor Sanchez, o es un ignorante de tomo y lomo, o un iluso inconsciente o un ventajista, que ha intentado ganar el tiempo que necesitaba, para reforzar su propia imagen tanto dentro del PSOE (donde a la vista de los resultados anteriores olía a cadáver político que apestaba) como a ojos de los españoles que quieran dejarse engañar.
Ha criticado hasta la saciedad a Rajoy, simplemente porque se negó a hacer el ‘paripé’ que él ha llevado a cabo, sin más resultado que hacer perder a todos los españoles un tiempo precioso, para evitar que se evapore la confianza en la recuperación económica de una España, que pese a la corrupción evidente (eso hay que cargárselo al debe del PP) nos sacó del pozo en que nos había dejado el gobierno socialista de Zapatero (anoten esto en su haber).
Mucho me temo por todo lo expuesto por don Pedro en sus proyectos de futuro, que lo andado en los últimos cuatro años en el aspecto económico y financiero, lo destruirían ahora de nuevo los socialistas en cuatro días, ya que se han hartado de repetir que iban a derogar todas las leyes desarrolladas en ese sentido por el PP.
Lo verdaderamente lamentable, es que salvo el desplazamiento del PSOE a un tercer o cuarto puesto en el peor de los casos tras las nuevas elecciones, nada va a cambiar a efectos de formar Gobierno, porque los resultados no van a permitir formar bloques mayoritarios de derechas ni de izquierdas y los únicos beneficiarios de eso acabarían siendo potencialmente los independentistas.
Recientemente y en varios foros, se me ocurrió preguntar, cuantos de los presentes iban a cambiar su intención de voto en las nuevas elecciones y tengo que reconocer que no mas de 2 personas entre mas de 50 en total levantaron a mano.
No se preguntaba a quien se había votado y a quien se iba a votar, sino quien pensaba cambiar el voto y aunque el muestreo era insignificante, para mi fue suficiente.
Tenemos lo que nos merecemos y lo que nos hemos buscado.
Ahora solo nos queda esperar a ver si Pedro Sánchez ha logrado su objetivo y su Comité Federal le designa de nuevo como candidato o si Rajoy vuelve a presentarse, repite y cómo valoramos los españoles las conductas de los dos, pero de lo que no me cabe la menor duda, es que con ellos dos al frente de sus partidos el problema persistirá después de las nuevas elecciones y no habremos perdido seis meses, sino que vamos a perder un año y toda la credibilidad internacional que nos habíamos ganado.
Vaticinarlo ahora es un riesgo, decirlo dentro de unos meses sería mucho más fácil y cómodo, pero me gusta anticiparme a los acontecimientos porque es la mejor forma de solucionar los problemas, antes de que se hagan insolubles.