Aunque estamos a las puertas de la Semana Santa me gustaría empezar felicitando a la Junta de Fiestas y al Ayuntamiento por las Fiestas de la Magdalena que hemos vivido este año, llenas de participación y alegría para todos los castellonenses.
En el ámbito político, las cosas no parece que tiendan a mejorar con un Gobierno central que lleva a España a una deriva donde no se ve el final del túnel, mientras los grupos políticos que lo sustentan giran la cara hacia otro lado para no exigirle elecciones generales. Son muchos los motivos por los que deberían convocarse elecciones: falta de apoyo en el Congreso, lo vemos día a día en las votaciones, incumplimiento inconstitucional de presentar unos presupuestos y, en tercer lugar, una falta de claridad en el ámbito internacional con respecto al rearme y la defensa de España, ya que Sánchez se encuentra en una encrucijada al no tener el apoyo de sus socios en esta cuestión tan importante.
Si a todo esto añadimos los problemas de corrupción que cada vez acorralan más al PSOE, Sánchez debería plantearse dimitir o convocar elecciones, pero está claro que esto sería normal en un estado democrático consolidado, pero en los últimos años España ha retrocedido en democracia y transparencia y así lo acreditan estudios internacionales.
En España se ha convertido en normal lo que es anormal en política y estamos instalados en el “Meninfot” como dice la popular expresión valenciana.
Mientras vivimos esta situación política, la izquierda se adueña de las calles, como es el caso de las manifestaciones de la DANA en Valencia. Esto ya ocurrió hace años con el accidente del metro, cuyas manifestaciones y escraches se acabaron cuando la oposición se hizo con el poder en la Comunitat Valenciana.
La Justicia deberá hacer su labor y pedir informes y responsabilidades a todas las administraciones que tuvieran legalmente competencias en sus diversos ámbitos en esta cuestión tan dramática como fue la DANA. El dolor de las familias es incuestionable y se tendrán que depurar responsabilidades. Para eso está la justicia, pero lo que no es de recibo es utilizar este dolor para sacar rédito político.
Los acosos no ayudan a reconstruir ni a quitar el barro, el acoso es solo un acto para los intereses partidistas de quien lo organiza, pero no resuelve los problemas materiales ni el dolor de las familias que perdieron a sus seres queridos.
Algo está claro, la Generalitat Valenciana se ha quedado sola ante un problema tan grande y con medios exiguos tiene que afrontar la reconstrucción de tanto desastre. “Si lo necesitan que lo pidan” es la frase lapidaria que espero que los ciudadanos tengan en cuenta en un futuro cuando analicen esta tragedia tan grande y deduzcan quien sigue, pese a todo, al lado de los ciudadanos y quien desde el primer momento ha dejado a los pueblos a su suerte.
El tiempo pondrá las cosas en su lugar, el futuro está en manos de los ciudadanos y de la justicia.
