Marisol Linares. Exdiputada del PP.
Dícese de la formación a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia a la sociedad que pertenecen.
A la vista de esta definición tenemos que reflexionar qué está pasando en España, donde las normas de convivencia vemos que se rompen cada día, ya no solo en Cataluña, donde el independentismo acampa a sus anchas, sino también sucesos como los de Alsasua o las propuestas del Psoe y Podemos en el Congreso para despenalizar las ofensas al Rey o a la bandera con la excusa de la libertad de expresión.
Estas situaciones y otras que serían largas de enumerar en el actual momento sociológico que estamos viviendo, son consecuencia sin duda de una falta de Educación en el sentido más literal de la palabra.
Han sido 40 años donde cada comunidad autónoma ha tenido la capacidad de imponer sus propias normas educativas en los colegios, todo en detrimento de la lengua y la historia e instituciones que unen a todos los miembros de una nación.
Los dos partidos que han gobernado con mayorías absolutas este país han sido incapaces de ver las consecuencias que ha traído el hacer dejación de funciones en el ámbito educativo al no unificar criterios y no ejercer la inspección en las comunidades autónomas, lo que ha hecho que a lo largo de estos años cada comunidad haya hecho lo que mejor ha creído y le ha convenido para sus intereses ideológicos. Ahora de esos polvos vienen estos lodos…
Tanto el PP como el PSOE están pagando la desafección de los ciudadanos lo que es un caldo de cultivo para que emerjan partidos de extrema izquierda y derecha que como está pasando en otros países europeos pueden alcanzar sus cuotas de poder.
El psoe acaba de dar la puntilla estos días con su propuesta de reformar la LOMCE dejando una vez más en manos de las comunidades autónomas temas como la inmersión lingüística que tantos problemas está creando y que es el germen de los nacionalismos más exacerbados.
Llegar a un pacto nacional por la educación es hoy en día más necesario que nunca, algo que hasta ahora ha sido imposible de alcanzar, pero si sigue esta deriva y el aumento de los grupos nacionalistas, independentistas y antisistema, las futuras generaciones tendrán cada vez más difícil la convivencia.
