Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.
El sábado pasado, sentado frente al televisor y con el sonido apagado en los prolegómenos del partido, decidí no escuchar los pitos ni la falta de respeto al Himno Nacional y al primero de los españoles --nuestro Rey-- por parte de una hinchada manipulada, desorientada y embravecida por la torpeza y estupidez de unos dirigentes deportivos, que en vez de sentirse orgullosos por tener un equipo de fútbol excepcional, que tiene el juego mas vistoso y efectivo del mundo y ha cosechado el mayor número de títulos en las competiciones que ha participado en los últimos diez años, pretender ser ‘Més que un club’.
¿Por qué y para qué? No se dan cuenta, de que cuando se politiza el deporte y muy especialmente el balompié, uno empieza a dividir los apoyos sociales que recibe y a crearse amigos y enemigos innecesariamente, en función de los sentimientos de sus aficionados.
Personalmente quienes me conocéis, sabéis que yo siempre he sido “merengue” y ahora como Alejandro Sanz “tengo el corazón partío” porque al venirme a vivir a Burriana y por razones de amistad personal con José Manuel Llaneza y mi irracional afición al deporte rey, me hice socio del Villareal CF hace ya casi veinte años.
Fui cuarenta años socio del Valencia, unos veinte accionista --sigo siéndolo--, los mismos que llevo de socio en el Villarreal CF, y ahora cuando mis amigos de aquí y de allí me preguntan quien quiero que gane cuando se enfrentan entre ellos, siempre contesto lo mismo: “El que más lo necesite, y si los dos están igual, el que mejor juegue”.
Viene esto a cuento, porque ayer disfruté una barbaridad del juego de los catalanes, pero en mi fuero interno algo me hacia sentirme mal, porque tenía la sensación que ese resultado iba a ser usado a favor de la causa independentista catalana, sin tener una razón auténtica y especifica, ya que no me cabe la menor duda de que tanto Valverde como sus jugadores se estaban esforzando por unos colores y un escudo que era el del Barcelona y no por la bandera estelada de los independentistas y separatistas catalanes.
Sin estar seguro de lo que voy a escribir, tengo la sensación de que la mayoría de los Presidentes del Barcelona en el último medio siglo, han tenido tendencias independentistas, unos mostrándolas mas abiertamente y otros menos, pero de una manera indiscutible, cada vez que han llegado a una final de Copa del Rey --y son ya muchas-- han tratado de hacer de ese evento una manifestación independentista, faltando al respeto a nuestro Himno, a nuestra Bandera y a su Majestad el Rey.
Parecen partidos de Cataluña contra el resto de España en los que en vez de salir ganando todos, por ser todos españoles y honrar al primero de entre todos nosotros, una república independiente inexistente de pacotilla le gana a la España Constitucional en un campo de futbol. ¡No se engañe señor Bartomeu, ni ahora es eso, ni lo será¡
No reclame la impunidad de un expresidente delincuente, juzgado y condenado del Barcelona, ni haga causa común con otro Presidente prófugo de la Justicia Española, que huyó como una rata cobarde acompañado de otras ratas, en vez de afrontar como lo han hecho otros compañeros suyos de aventura, la responsabilidad por sus hechos.
Da la impresión de que esté usted preparando el terreno, por si bien pronto le toca a usted pasar por el mismo trance, ya que hay muchas causas pendientes de juicio y sentencia en el Barcelona --como en casi todos los equipos de fútbol españoles-- pero no trate de vincular el deporte a la política, ni buscar en esta, el parapeto judicial llegado el momento.
Del mismo modo que reconozco las excelencias deportivas de su equipo, tendrá usted que aceptar que su gestión al frente del equipo, presenta serias dudas y que no ha sabido encontrar a los futbolistas encargados de suplir a los mejores jugadores salidos de la cantera del Barcelona en los últimos veinte años y hoy, después de haber dilapidado seiscientos millones de euros en fichajes uno no es capaz de encontrar en su plantilla ni siquiera en su cantera --de la que salen los mejores jugadores hacia otros equipos-- a aquellos que deben de tomar las riendas que dejó Xavi, que va a dejar ahora Iniesta y muy pronto por ley de vida dejarán también Piqué, Busquets, Jordi Alba y Messi, que ya superaron los treinta hace tiempo, y detrás de ellos tan solo veo como realidades a un Sergi Roberto probable, a un Aleñá posible y a unos Abel Ruiz, Carles Pérez y Cucurella, que les queda mucho camino que recorrer para poder considerarles realidades capaces de sustituir a los que están ya en le línea de salida.
Esta campaña, la terminaran de una forma brillante siendo campeones de Liga y Copa y no podrán optar a la Champions por una lamentable actuación en Roma, pero o mucho cambian sus proyecciones deportivas y políticas, o bien pronto lo que hasta ahora han sido flores, se le van a convertir en lanzas, tanto socialmente como deportivamente.
Para culminar una temporada excepcional, sus jóvenes acaban de ganar este lunes la European Youth Champions League, goleando al otro finalista y Campeón en 2015 y 2016, que había sido el Chelsea, por 3-0 con una suficiencia insultante estando entre los goleadores el valenciano Abel Ruiz, antes mencionado, como promesa camino del éxito.
Se lo repito, soy un admirador del juego que desarrolla el Barcelona y les doy la enhorabuena por las ultimas campañas realizadas, que solo quedan parcialmente empañadas por los éxitos del Real Madrid en Europa con dos Champions consecutivas ganadas y en semifinales de una tercera.
Pero no se empeñe en buscarse antipatías en el resto de España, donde tiene muchos mas forofos que en la misma Cataluña.
Sea inteligente, y aprenda a darle “Al Rey lo que es del Rey y a Dios lo que es de Dios”.
No mezcle deporte con política, porque lo que gane por un lado lo puede perder a raudales por el otro.
Créame yo admiré a Cataluña y al sentido común y emprendedor de los catalanes, hasta que me di cuenta de que querían ser el ombligo del mundo y convertirnos a los valencianos y baleares en Països Catalans y desde entonces procuro distinguir perfectamente el grano de la cizaña.
No todos los catalanes son independentistas, ni todos los españoles tontos.
Hasta la semana que viene.